Loading...
Invitado


Jueves 08 de noviembre de 2018

Portada Principal
Ecológico Kiswara

A falta de agua buenos son los atrapanieblas

08 nov 2018

Fuente: LA PATRIA

Un lago de 2.337 km2 desapareció casi en su totalidad, convirtiéndose prácticamente en un salar, en diciembre de 2015, el segundo lago más grande de Bolivia, se secó y nadie pudo evitar la tragedia.

Pero en los años recientes y posteriores a 2015 el lago volvió, las intensas lluvias que cayeron lograron llenar la superficie, no obstante, el volumen de agua seguía bajo y continúa en retroceso, es decir, sigue evaporándose o sumiéndose hacia la tierra.

Nadie quiere volver a presenciar una tragedia similar a la de 2015, pero las autoridades hicieron poco y no crearon políticas sustentables a largo plazo para evitar una nueva sequía en el lago.

Desde esta columna se sugirieron algunas medidas que podrían contribuir a la mejora del ecosistema del lago, para evitar las sequías que afectan no sólo a la vida silvestre, sino también a las personas que viven de la pesca.

Una idea que presentamos en esta columna es la de los atrapanieblas o captanieblas, que son unas mallas de plástico sostenidas por una pita en dos postes ubicados a los lados, de manera que la humedad llegue allí y al contacto con la malla van formando pequeñas gotas que se juntan y forman gotas más grandes.

Debajo de la malla se dispone una canaleta conectada a una manguera y la misma se conecta a varios depósitos donde se recibe el agua.

Dependiendo de la humedad y de la ubicación de las mallas se puede obtener desde un litro, 200, 300 y hasta mil litros de agua, en algunos casos se puede potabilizar la misma y en otros el líquido elemental recolectado sirve para el riego.

La cosecha de agua no es de data reciente, según la historia ya se acudía a esa práctica en el siglo XVI en la isla El Hierro del archipiélago de las islas Canarias, España.

El caso más conocido y más cercano de la captura de gotas de rocío, que luego se transforma en agua, es el chileno, en el desierto de Atacama que es bastante árido, pero a donde llega la bruma del mar se comenzó la recolección de agua de neblina el año 1950 y en la actualidad se practica en diferentes países que enfrentan el problema de la escasez del líquido cristalino.

En caso de no existir la suficiente humedad en el ecosistema del lago Poopó se podría recurrir a los atrapa lluvias, que consisten en un sistema parecido, pero en este caso se recolecta el agua de lluvia y se logra obtener agua potable desde esa fuente, que al parecer es la única de la que depende dicho humedal, pero ése ya es tema para otra columna.

Fuente: LA PATRIA
Para tus amigos: