Jueves 08 de noviembre de 2018
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Un lago de 2.337 km2 desapareció casi en su totalidad, convirtiéndose prácticamente en un salar, en diciembre de 2015, el segundo lago más grande de Bolivia, se secó y nadie pudo evitar la tragedia.
Pero en los años recientes y posteriores a 2015 el lago volvió, las intensas lluvias que cayeron lograron llenar la superficie, no obstante, el volumen de agua seguÃa bajo y continúa en retroceso, es decir, sigue evaporándose o sumiéndose hacia la tierra.
Nadie quiere volver a presenciar una tragedia similar a la de 2015, pero las autoridades hicieron poco y no crearon polÃticas sustentables a largo plazo para evitar una nueva sequÃa en el lago.
Desde esta columna se sugirieron algunas medidas que podrÃan contribuir a la mejora del ecosistema del lago, para evitar las sequÃas que afectan no sólo a la vida silvestre, sino también a las personas que viven de la pesca.
Una idea que presentamos en esta columna es la de los atrapanieblas o captanieblas, que son unas mallas de plástico sostenidas por una pita en dos postes ubicados a los lados, de manera que la humedad llegue allà y al contacto con la malla van formando pequeñas gotas que se juntan y forman gotas más grandes.
Fuente: LA PATRIA