El Diccionario Cambridge define a las fake news como "historias falsas que parecen ser noticias, difundidas en Internet o usando otros medios, generalmente creadas para influir en las opiniones polÃticas o como una broma", agregando un comentario respecto de la preocupación existente en cuanto al poder de las fake news de afectar resultados electorales.
Por ejemplo, 10 meses atrás el rumor sobre un supuesto desabastecimiento de combustible a consecuencia de un paro del sector del transporte pesado en rechazo al ya abrogado Código del Sistema Penal generó una histeria colectiva que llegó a colapsar las gasolineras del paÃs. Pese a los desmentidos difundidos por YPFB, el "pánico" duró al menos dos dÃas, hasta que la población cayó en cuenta de que no habÃa ningún desabastecimiento y que se trataba de una fake news.
Llamativo el caso, pero podrÃa ser un buen ejemplo de lo descrito lÃneas arriba.
Sea como sea la tendencia de las fake news, llegó a Bolivia para quedarse, para bien o para mal, ahora es el momento de apelar al sentido común y a los conocimientos, pero más que nada al criterio del público receptor de las noticias.
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