El Tratado de 1904 no es amistoso

Cuando se menciona el Tratado de 1904 firmado entre Chile y Bolivia para cerrar los indicios de una alevosa invasión por parte del gobierno chileno, despojando a Bolivia de un enorme territorio, mayor a 120 mil kilómetros cuadrados (toda la provincia de Antofagasta) y de estos 400 kilómetros de costa, se menciona con mucha ironía, la condición de un acuerdo de paz y amistad, en los hechos sólo el concepto de paz, se impone por la circunstancia obligada de su finalidad, pero lo referido a la amistad, que implica muchas responsabilidades, es un factor decididamente olvidado.

Como se recordará el mes de octubre tiene otra marca sobre el caso, pues el primer día de ese mes en el año actual, la Corte Internacional de Justicia de La Haya, selló su fallo con un resultado desfavorable al pedido de Bolivia que fue sustentado con diferentes argumentos para obligar al vecino chileno a dialogar en busca de una solución de paz y amistad. No sucedió en tal forma y ahora el Tratado de 1904, sigue siendo un instrumento teórico que maneja Chile a su favor.

Sin embargo hay interesantes trabajos analíticos sobre la materia, como el que reproduce en un matutino nacional el historiador cubano y catedrático de historia de América Latina de la Universidad de La Habana, Sergio Guerra, precisamente con relación al Tratado de 1904, aclarando por ejemplo que "lo primero que se rubricó para poner término al estado de guerra entre ambas naciones sudamericanas fue un Pacto de Tregua y no un tratado definitivo, sucedió en abril de 1884. Ese acuerdo mantenía el dominio de Chile sobre el litoral boliviano conquistado en sangrienta contienda, aceptando que el país austral otorgaría a Bolivia un acceso soberano al mar, una vez definida la situación de Tacna y Arica, territorios ocupados por el Perú durante el conflicto". La misma intención chilena se refleja después en el Tratado de Transferencia de territorio firmado con Bolivia un 18 de mayo de 1895 que posterga una vez más el reconocimiento de una salida al mar como solución al destino definitivo de los antiguos territorios peruanos citados.

Otra alternativa involucrando al Perú señalaba que si Chile no perfeccionaba los acuerdos internacionales en el caso de territorio entre Tacna y Arica, "pudiese ceder a Bolivia la caleta de Vítor, hasta la Quebrada de Camarones". Decididamente la diplomacia de Chile y del Perú no se interesó en tales alternativas y presionó para la suscripción del Tratado de Paz y Amistad de 1904, que en los hechos no se cumple como corresponde para favorecer a Bolivia en el uso de puertos para mover sus exportaciones e importaciones.

Como se observa en el trabajo del historiador cubano, Chile no mostró mayor interés por favorecer a Bolivia, en la concesión de una salida marítima. En la actualidad tras el fallo de la CIJ, corresponde a nuestra cancillería trabajar en el establecimiento de una estrategia diplomática que incida de manera determinante en exigir el cumplimiento del Tratado de 1904, en todo su contenido.

Fuente: LA PATRIA