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Domingo 04 de noviembre de 2018

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Cultural El Duende

Jean Guitton: La filosofía o la elección total

04 nov 2018

Fragmento de la entrevista que en 1989 la periodista argentina Odile Baron Supervielle hizo al filósofo y escritor francés Jean Guitton (1901-1999)

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Lo vi en París en "Apostrophe" (programa televisivo que dirige Bernard Pivot). Lo acompañaban el padre Alexandre, párroco rural, y la abogada Giselle Halimi. Cada uno presentaba su último libro, la historia de su vida.

Dos creían en Dios, uno desde la filosofía, el otro desde su experiencia campesina. La otra era agnóstica.

Pero los tres tenían una gran calidad humana. Se respetaban mutuamente y de alguna manera se admiraban.

El que parecía divertirse por ese encuentro, a primera vista poco convencional, era Jean Guitton, con sus ojos maliciosos y su cálida ironía. Quizá porque acepta y le encantan los pensamientos contrarios, sin renegar de los suyos. Y también porque en el fondo siente que las voluntades humanas están dirigidas por otras manos.

No se ofusca si sus gestiones fracasan. Intercedió por el padre Lagrange ante el Santo Oficio. Fue a ver a monseñor Lefébre en nombre de Roma y pidió a De Gaulle el traslado de las cenizas de

Petain.

Su libro Un síécle, une vie consiste en una mirada, la suya, sobre su vida y la de sus contemporáneos, a menudo gente famosa. Ninguna aridez filosófica, ningún pensamiento abstracto. Un hombre de una gran fe, que lucha por conservarla, que ha tenido una vida muy rica en vivencias y encuentros.

La idea de entrevistar a un gran filósofo, al único laico que asistió al concilio, me habría paralizado. Pero al verlo en "Apostrophe", pensé que podía cometer esa osadía. Después de concertar una entrevista, un día de lluvia torrencial llegué a su casa y toqué el timbre.

?l mismo me abrió la puerta, tomó mi paraguas, mi impermeable y me hizo pasar a un cuarto que era su escritorio.

Todo estaba invadido por libros, las bibliotecas, las mesas, las sillas y sillones, el suelo...

El dueño de casa me indicó un sillón vacío y se sentó en otro frente a mí. Apenas tuve tiempo de divisar en un estante la fotografía de su mujer en un marco importante, adornado con flores frescas.

LA FILOSOFÍA

-¿Qué es lo que lo llevó hacia la filosofía?

-No sé si Ud. conoce esa historia de Santa Teresa de Lisieux, a quien su padre le dijo que quería comprarle una muñeca y entraron en una juguetería. La pequeña Teresa miró la sección de las muñecas y otras secciones más. Al salir le dijo al padre: "Padre, elijo todo", es decir que no quería elegir.

Es el lema que quisiera que grabasen sobre mi tumba. "Elijo todo". Entonces hay una sola vocación, un solo oficio, un solo trabajo que permite elegir todo, es la filosofía. El filósofo no es para mí el metafísico que cuenta cosas más o menos comprensibles a sus discípulos. El filósofo es aquel que en cualquier oficio, en cualquier profesión se coloca siempre en el punto de vista de la totalidad. Es decir, que elige todo.

Evidentemente, la obligación de elegir todo es una obligación terrible, porque a cada rato siento pesar sobre mis débiles hombros el peso de la totalidad del mundo, como si llevase la tierra entera sobre mis hombros. Por ejemplo, ahora que estoy hablando con Ud., parezco tranquilo y no lo estoy. La entrevista que tenemos ambos, que es efímera, me obliga a elegir todo. Es decir, trato de colocar a la Argentina en la totalidad de las naciones. Trato de situarla a Ud. en la totalidad de los que me entrevistaron.

Trato de elegir la totalidad del saber, aunque Ud. me interrogue sobre una parte del saber. De manera que sufro al mismo tiempo que le hablo.

BACHELARD

-Vamos a hablar un poco de la gente que ha conocido. Me gusta mucho lo que dice en su libro sobre Bachelard

-Bachelard era un hombre muy original. No tenía para nada el aspecto de un profesor de filosofía. Tenía una gran barba y era más bien desaliñado.

Había pasado sus primeros años en la pobreza, en el campo. Y, por consiguiente, sabía todo lo que yo no sé, por ejemplo prender una fogata en el bosque, cocinar, todo lo que sabe un campesino muy hábil

Fue cartero rural. Por un azar, al ser profesor de física en un colegio, empezó a estudiar filosofía y se doctoró. Cuando apareció entre los filósofos de la Sorbona, que son señores burgueses que nunca han prendido fuego en un bosque, que llevaban levita, su apariencia llamó la atención. Pero poco a poco sus colegas se acostumbraron a escucharlo e hizo progresar la filosofía. Les hizo progresar la filosofía. Les hizo descubrir cosas que la filosofía había olvidado desde hacía mucho tiempo.

La filosofía antes de Sócrates, era una filosofía que se ocupaba de lo que uno puede llamar la naturaleza de las cosas. Se ocupaba del aire, del agua, de la tierra, del fuego. A partir de Sócrates la filosofía dejó a un lado esos elementos para interesarse sólo por cosas morales, por el hombre, la política, la moral, etcétera.

Bachelard hizo remontar la filosofía a sus orígenes y estudió los elementos, el agua, el aire, la tierra, el fuego, etcétera. ?l trató de desaburguesarme, me re-enseñó los elementos naturales, entre otras cosas.

HEIDEGGER

-A través de su libro parecería que Ud. tiene mucha admiración por Heidegger. Han aparecido artículos en revistas y diarios que se referían al nazismo de Heidegger.

-Conocí muy bien a Heidegger. Lo había leído mucho y fui un día a visitarlo. Cuando era de noche tomó una pala y me dijo: "Guitton, lo voy a llevar a mi casa de campo"

Partimos y llegamos a un lugar donde todo estaba recubierto de nieve. Tomó su pala, empezó a cavar? Apareció poco a poco una chimenea. Siguió cavando, apareció una puerta... Entonces me dijo: "Esto es mi trabajo del pensamiento, hay que cavar, cavar, cavar para llegar hasta los elementos" esto le explicará en parte por qué Heidegger fue hitlerista durante algún tiempo.

Admiró al nazismo cuando aún no era lo que iba a ser después, es decir cuando todavía no se sabía qué dirección iba a tomar ese personaje extraño y loco, Adolfo Hitler. Este personaje, en un momento, atrapó a Heidegger porque Hitler hablaba sin cesar de la tierra, de las raíces del alemán en la tierra, etcétera, en oposición a la abstracción del pensamiento judío, que para Hitler era un asunto importado.

Lo que se le reprocha a Heidegger es no haber dicho después de la guerra que estaba en contra de Hitler. Es evidente que todas las atrocidades del nazismo las detestaba tanto como nosotros. No sé si lo dijo públicamente.

Cuando vi a Heidegger me impresionó como un gran místico. Un místico un poco ateo. Pero mucho más místico que filósofo. En su casa no había libros de filosofía. Había sobre todo libros sobre las religiones y diccionarios. ?l me dio una idea muy hermosa de lo que era el lenguaje. Me enseñó lo que es una palabra.

BERGSON

-Pasemos a Bergson. Creo que su encuentro con Bergson fue fundamental?

-Fui, de alguna manera, engendrado en el pensamiento por la lectura de Bergson cuando tenía 16 o 17 años. En particular con la lectura de un libro que se titula La evolución creadora. Me lo presentaron cuando yo tenía 21 años. Tuve siempre por él la mayor admiración. Lo comparaba con los otros profesores de filosofía franceses que conocí en la Sorbona y el College de France. Encontraba que la diferencia de Bergson con los demás profesores era como la de un gigante con los enanos. Es decir, que era un ser como se ve cada cinco siglos en nuestra humanidad. Pensé que Bergson era comparable con Descartes, Platón, es decir, con genios filosóficos. Y los genios filosóficos los contaba con los cinco dedos de la mano. Platón, San Agustín, Descartes, Hegel y? Bergson.

-Me enteré por su libro que Bergson era primo de Proust?

-Lo ha revelado estos últimos tiempos después de estudios cronológicos. Es evidente, formó una parte del cortejo en el casamiento de Bergson.

Ambos se ocuparon del "sentido de duración". Pero creo que de una manera distinta. Es difícil explicar eso en dos segundos. Pienso que a pesar de que Proust y Bergson se hayan interesado por el tiempo y lo que se llama la "duración", no lo hicieron de la misma manera. La duración bergsoniana estaba orientada hacia el porvenir desconocido, mientras que la duración de Proust se orienta hacia el pasado. Era el tiempo perdido, la "madeleine", su infancia. De ese punto de vista pienso que ambos se completaban admirablemente en direcciones distintas.

-Bergson era más bien pesimista sobre la época actual. Su famosa frase "Para un cuerpo agrandado (por la técnica) hace falta un suplemento de alma". Y, creo que no lo tenemos. Usted, en cambio, habla de mutación, es decir, que el hombre va a cambiar. Es más bien optimista.

-A menudo me han dicho lo contrario. En realidad trato de ser realista. Entonces, evidentemente, cuando veo lo que pasa actualmente, la decadencia de las costumbres, el SIDA, Europa amenazada, la iglesia dividida, la bomba atómica en manos de cada vez más gente, la realidad me hace pesimista para las generaciones futuras. Se verán cosas terribles. Creo que la humanidad no va a pasar por grandes pruebas. Lo que vemos ahora no será nada al lado de lo que veremos. Pero pienso que cuando la humanidad haya pasado promesas y grandes pruebas y experimentado la nada, la náusea, la desesperanza, cuando haya experimentado lo que es una humanidad materialista, sin fe, entonces la fe se purificará y mañana será grave, pero pasado mañana será muy hermoso.

ALTHUSSER

-Me emocionó leer en una revista su actitud frente al filósofo marxista Althusser. Este podría ser su contrario

-Es un caso muy particular. Yo fui profesor de filosofía de Lyon y tenía un alumno muy extraordinario. Pensaba que sería mi discípulo preferido. Era muy católico. Yo lo hacía trabajar en las obras católicas. Ese discípulo era Althusser. Pero ya en ese momento me decía que su vocación no era hablar para el catolicismo sino vivir y morir por él. Tenía una visión típicamente religiosa marxista. Estuvo, como yo, cinco años preso por los alemanes, y cuando regresó me invitó a almorzar con una mujercita que se parecía a una hormiga. Me dijo: "Le presento a Helena. Ella me convirtió al ateísmo. Me he vuelto comunista. Un verdadero comunista porque quiero ir hasta las últimas consecuencias del comunismo, que es la pobreza integral. Pero le estoy muy agradecido por lo que usted hizo por mí y cada vez que esté enfermo (lo estaba a menudo psíquicamente) lo llamaré y quedaremos muy unidos por el corazón". Entonces, durante 20 años, quedamos muy amigos por el cuerpo, no por el espíritu, porque pensaba exactamente lo contrario de lo que le había enseñado.

Quería tanto a su mujer que una mañana discutieron y la mató estrangulándola con una bufanda. Cuando me enteré de lo sucedido, me precipité a ver al ministro del Interior y suplicarle que no se lo condenara a muerte, y se lo hiciera pasar por loco. El ministro lo admitió y lo encerraron en un hospital psiquiátrico donde está todavía. Ahí lo fui a ver varias veces.

LA MUERTE

-¿Usted teme a la muerte?

-La muerte no me importa nada porque la muerte es como dormirse. Cada vez que me duermo muero. Pero lo que temo mucho es el juicio de Dios. Pienso que en lo que me concierne personalmente -además está en el Evangelio-, cuanto más recibe uno, Dios será más severo. Debo reconocer que he recibido mucho. Primero, tengo cerca de 90 años y aún estoy bastante joven? Fue Bonaparte quien dijo: "El soldado teme a la muerte, pero el general teme a la hora del Juicio".

-¿Usted lamenta algo de su vida?

-Por supuesto, pero no estoy obligado a hacer una confesión general? Bueno, lamento lo que se llama los pecados caracterizados y también pecados constantes. Por ejemplo, desde esta mañana Dios no está en el centro de mis ocupaciones. Piense usted? hay una especie de zona de pecados continuos, esto se debe a que somos descendientes de Adán y, por consiguiente, pecadores. Por una parte, no he matado a nadie, traté de no cometer adulterio, de honrar a mi padre y a mi madre, etcétera?, pero no tengo mucho mérito porque soy de naturaleza pacífica.

Acuérdese del joven rico, en el Evangelio. Cuando Jesús lo interroga sobre el Decálogo, este afirma: "Práctico todos los mandamientos". Entonces Jesús le dice: "Lo que te pido es lo siguiente: ¿Eres rico? Bueno, vende todo lo que tienes y dónalo a los pobres".

Cuando Jesús me dijo eso, no lo hice? Mire? hay aquí aún lindos muebles?

-¿Usted no cree que somos grandes a partir de nuestra debilidad? Si pudiéramos hacer todo eso, quizá caeríamos en el pecado de orgullo al sentirnos perfectos.

-No sé, es muy difícil lo que Ud. me dice? Creo que es bueno experimentar la debilidad, pero no hay que complacerse en ella.

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