La mayoría de documentos que han sido recuperados por investigadores e historiadores, en torno a la fundación de la Real Villa de San Felipe de Austria, (Oruro después y hasta hoy) señalan la importancia que tenía la región por su riqueza minera, descubierta por los Urus, en el cerro Pie de Gallo, al oeste de la villa en crecimiento.
La codiciosa aventura de los españoles en la región, como testimonian los historiadores, los llevó a fundar una "villa española" en el territorio altiplánico, con el fin de explotar la riqueza "brillante a simple vista" en tres espectaculares vetas del portentoso cerro que custodiaba la comunidad que contaba con más de 500 pobladores, entre vecinos, mercaderes y oficiales españoles, de esa cantidad cuenta la historia que 258 eran trabajadores mineros y vivían de un comercio rudimentario e inequitativo del mineral que extraían del Pie de Gallo y que en su mayoría "rescataban" los españoles, cuyo interés era recuperar toda la producción minera que lograban los Urus, con su sacrificado trabajo.
Los hechos reflejados en la historia de la villa minera, refieren que en el cerro de su custodia, la veta principal tenía forma de "pie de gallo" de ahí su nombre y la importancia de saber que se dividía en tres secciones, a la principal se la denominó San Cristóbal, otra bautizada como la Flamenca y la tercera que se extendía la parte trasera del cerro se la identificó por el color de su mineral como la "Colorada". Increíblemente aún vigente en el tiempo presente.
La Fundación de la Real Villa de San Felipe de Austria se dio un 1ro de noviembre de 1606, con presencia del Oidor Manuel de Castro y Padilla, en representación del Rey Felipe Tercero que instruyó plantar en el centro de la plaza, la enseña rojo carmesí, como símbolo de aquella monarquía.
Han transcurrido 412 años de ese acontecimiento y la villa que se transformó en la ciudad de Oruro, aún mantiene su "original ubicación", propiamente en la falda del cerro minero Pie de Gallo, por el que se bifurcan caminos subterráneos y externos hacia la parte oeste de la serranía, en la que todavía hay vestigios de la riqueza minera que motivó la codicia española para asentarse en una villa real.
El tiempo ha pasado, la actividad minera se expandió, aunque marcando siempre la importancia de toda la región que años atrás compitió con el coloso Cerro Rico de Potosí, en la "entrega" obligada de la riqueza de plata en un largo periodo, luego se explotó el estaño (metal del diablo) y como un hecho que merece una particular atención, hay que mostrar a propios y extraños que la riqueza minera de Oruro, fue el motivo de su fundación y ahora debería ser la causa imperiosa de mantener la búsqueda de más yacimientos mineros y seguir su extracción para consolidar otra época de resurgimiento que permitirá no sólo el desarrollo de Oruro, sino del país en su conjunto.
La minería por tanto merece decidida acción del Estado a través del ministerio del ramo, cumpliendo compromisos contraídos con las instituciones de Oruro para reactivar el aparato productor minero metalúrgico del departamento. La fundición de zinc debe convertirse en el "presente activo" de reconocimiento a la enorme contribución orureña al progreso nacional, gracias a su incesante producción minera.
Fuente: LA PATRIA
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