Martes 30 de octubre de 2018
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A riesgo de parecer poco tolerante y con la gravedad que el caso amerita por el peligro que representa, a raíz de los acontecimientos pasados y los últimos que están sucediendo, cabe peguntarnos ¿Estamos en las puertas de una dictadura, una dictadura perfecta?
Todas las dictaduras han intentado crear un sistema dictatorial perfecto, a través de la creación de un sistema que garantice la permanencia del poder y la incursión total en cada espacio de poder existentes y todo por medio de métodos considerados inclusive legítimos, logrando una dominación hegemónica de un programa político.
Lo que viene sucediendo en Bolivia de forma muy triste podemos asociar a este concepto como una previa situación, vemos el intento de permanencia de un partido político en torno a la cuasi mesiánica figura de su líder, un intento que en una pantomima de derecho pretende ser respaldado por una vergonzante decisión de un órgano judicial complaciente, una cuestión que se vive día a día por el empeño masivo de garantizar la permanencia en el poder poniendo al servicio de dicha idea, la práctica totalidad de los medios y recursos del estado boliviano, tanto del poder central como de los diversos niveles autonómicos, dando una prioridad que podemos definir como, absoluta, a la intención de la re elección de Morales.
