El fascismo en su esencia

Sobre el fascismo se ha dicho y razonado mucho, pero pocos entienden su verdadera trascendencia histórica, su ubicación en los procesos sociales y políticos y su naturaleza. El mayor error consiste en conceptuarlo superficialmente como excesivamente violento en lo físico, cuando ésta es una característica exclusiva de una de sus vertientes: el nazismo. El fascismo, como ideología política, ostenta una infinidad de perfiles muy disímiles y contradictorios. Es uno de los fenómenos políticos de más difícil abordaje a nivel académico e intelectual. De inicio, es necesario definir su ámbito espacial, filosófico y político.

Fue y es un movimiento político y social de carácter totalitario y nacionalista fundado en Italia a principios del siglo XX por Benito Mussolini después de la primera guerra mundial. Los militantes del fascismo se denominaban "camisas negras". Nació y se desarrolló como doctrina de carácter totalitario y nacionalista. El fascismo, como un movimiento político de masas, se estructuró sobre el culto al líder, alimentado por el mito de ciclos históricos de grandeza heroica y jerarquizada, de forma elitista, sobre el partido único. Sus raíces históricas se remontan al siglo XIX con el proceso emancipador del Risorgimento, que generó una unidad político-nacional y territorial en torno al Estado monárquico que reunificó y liberó a Italia de siglos de opresión extranjera.

Uno de sus inspiradores es Giuseppe Mazzini, bajo la influencia de la Revolución Francesa, elabora una doctrina política basada en un redescubrimiento de los valores sociales y los deberes, junto a los derechos. Esta doctrina consistía en que los derechos del hombre y el individualismo, surgido del iusnaturalismo, debían ser complementados con una acción social que otorgará a Italia primero, la unidad, y posteriormente el progreso. Una aproximación al fascismo, debe tener en cuenta la fractura entre sectores que desarrollaban las fuerzas industriales y las masas que no poseían ningún tipo de vínculo, lealtad, pertenencia o filiación con el reino. Después le siguieron los operadores políticos: Mussolini y Hitler, los que poco entendían de teoría, pero sí de poder llevado al extremo y en contra de la democracia liberal.

Se presenta como un proyecto estatal totalitario y una economía dirigista, mientras su base intelectual plantea la sumisión de la razón a la voluntad y la acción, aplicando un nacionalismo fuertemente identitario con componentes victimistas o revanchistas que conducen a la violencia ya sea de las masas adoctrinadas o de las corporaciones de seguridad del régimen contra los que el Estado define como enemigos por medio de un eficaz aparato de propaganda, aunado a un componente social interclasista, y una negación a ubicarse en el espectro político (izquierdas o derechas), lo que no impide que habitualmente diferentes enfoques ideológicos proporcionen diferentes visiones del fascismo. Los ejemplos más comunes, se dan en la historiografía, la politología y otras ciencias sociales de orientación marxista, al ubicar al fascismo en la extrema derecha, vinculándolo con la plutocracia, e identificándolo algunas veces como una variante del capitalismo de Estado, o bien de orientación liberal, identificándolo como una variante chovinista del socialismo de Estado. Evo lo repite y trasciende, lo hace más su subalterno: Álvaro, son hijos de la misma idea, buena en el fondo, pero peligrosa.