Domingo 28 de octubre de 2018
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Ya es inevitable. El derechista Jair Bolsonaro ganará este domingo las elecciones de Brasil y estará a la cabeza de ese paÃs, que es la mitad de Sudamérica, durante por lo menos cuatro años.
Ha tenido que derrotar al partido de Lula da Silva, quien fue, dice una lectura cÃnica, el inventor del fenómeno Bolsonaro en un experimento en que hubo una enorme dosis de corrupción, por lo que está preso en Curitiba.
Al final, en la celda de la cárcel que él mismo construyó en su gobierno, muy incómoda, Lula da Silva debe pensar, todas las noches, en el error que cometió, no de la corrupción, sino de no haber destruido la justicia de su paÃs, como se hizo en Venezuela y Bolivia. Y odia al juez Sergio Moro, que lo mandó a la cárcel y se reprocha el no haberlo hecho demoler durante su gobierno.
También la señora Cristina Kirchner se arrepiente, cuando se están contando las horas que faltan para que vaya presa, por ladrona, de no haber destruido la justicia argentina. Ella odia al juez Claudio BonadÃo.
