Domingo 28 de octubre de 2018
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En nuestro paÃs y tras los años transcurridos, el criterio generalizado observa la posición de diferentes "tiendas polÃticas" y sus eventuales administradores, todos deseosos de manejar el poder con fines polÃticos, en algunas circunstancias más próximos a buscar fines sociales sectarios y hasta personales, en otros con algunos atisbos de servicio a la colectividad y la aplicación de ciertos programas "sociales" en la búsqueda de mejores condiciones de vida para la colectividad.
De uno u otro modo, con mayores o menores incidencias en la perspectiva de servicios y beneficios, los polÃticos a su turno, han marcado ciertas huellas que los seguidores en ostentar el poder han utilizado para seguirlas y hasta profundizarlas por supuesto agregándole su sello partidario o su sigla personal añadiendo o quintando ciertos factores que los diferencien mÃnimamente de lo que se ejecuta como si se tratara de ideas realmente nuevas y revolucionarias.
Evidentemente ha habido partidos que marcaron con sus revoluciones cambios sustanciales en la polÃtica nacional, con medidas impuestas a fuerza de las armas y violencia, con participación ciudadana directa en varios casos, a través de los mecanismos que permite la democracia en otros, de todos modos la polÃtica en nuestro medio tiene claros signos de poder, pero al mismo tiempo es un proceso de seguimiento socio económico, ideológico y como señalan algunos analistas con su secuela prebendalista, algo que no se ha podido cambiar en tiempo, espacio y circunstancia y que aparecer en los periodos electoralistas, como el próximo factor de reivindicaciones populares.
Fuente: LA PATRIA
