Prolongados paros médicos

Por justificadas que puedan ser las causas que arguyen los médicos del sistema de seguridad social, para realizar un paro de actividades, el efecto de la medida es realmente atentatorio a la salud de los miles de asegurados, máxime si la misma es prolongada por 72 horas, tres jornadas de inminente riesgo para personas con tratamientos especiales o necesidades urgentes, que no son atendidas debidamente en los denominados "servicios de emergencia".

Se entiende que la extrema medida es el tope de paciencia por parte de los médicos para que se solucionen varios planteamientos, entre estos, algunos que tienen directa relación con la atención de los asegurados, por ejemplo, el peligroso desabastecimiento de medicamentos en las farmacias de la Caja Nacional de Salud, atribuyéndose el hecho a fallas de orden administrativo o por mejor decirlo a la irresponsabilidad de ejecutivos del sistema. El reclamo es generalizado de pacientes ante las fallas en la provisión regular de medicamentos, incluso los más comunes de la Caja, aspirinas, vitaminas o mentisan.

Pero se dan las circunstancias y el prolongado paro seguramente motivará reacción en los ejecutivos del sistema, porque lo contrario implicaría una falta de atención al pedido de quienes son protagonistas del servicio, aunque en este caso los beneficiarios del sistema, los pacientes son los verdaderos involucrados en los procesos que se desarrollan en la Caja de Salud, con enormes restricciones y con pocas posibilidades de alcanzar objetivos favorables en corto tiempo.

Por lo que se sabe, en el sistema de seguridad social no faltan recursos, los aportes de los asegurados, más de tres millones de personas, cubren las necesidades actuales de atención, aunque preocupa que por factores adversos de administración se mantengan deficiencias de organización para mejorar la atención de pacientes, eliminando prolongadas esperas para una consulta con el médico familiar y peor aún, si se trata de algún examen de especialización, ni que decir de la programación de intervenciones quirúrgicas que puede extenderse por tiempo indefinido, poniendo en riesgo la vida de las personas.

El caso es que no hay una adecuada administración del sistema de seguridad social, al punto que los centros médicos desarrollan sus actividades bajo una serie de limitaciones que en función de posibilidades efectivas no deberían producirse, ni siquiera la espera de turnos, porque en todo caso las soluciones propuestas por algunos entendidos, señalan la necesidad de crear más consultorios, eso significa mayor infraestructura, más médicos especialistas y mejor dotación de equipos, instrumental apropiado y permanente suministro de medicamentos.

Se asegura que todo el proceso propuesto es posible en su realización, financiamiento que no fallará de acuerdo a estimaciones reales, lo que sí falta es capacidad administrativa, ejecutivos creativos y con suficiente experiencia en el manejo de centros médicos, una exigencia ineludible a tiempo de nombrar al personal superior que maneje el importante sistema del seguro nacional de salud.