Jueves 25 de octubre de 2018

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En una actitud propia del mal endémico que significa el populismo, partidarios del MAS vienen quebrantando la observancia de la ley, inclusive, desconociendo que no existe un derecho humano especifico y diferenciado a la reelección.
Eso significa romper la Constitución Política del Estado y no cumplir con lo determinado el 21 de febrero de 2016 que rechazó la repostulación de Evo Morales Ayma y Álvaro García Linera para los comicios del próximo año.
El pretender convalidar ese capricho masista, significa dar un puntapié a la democracia y seguir viviendo sumergidos en el engaño populista conceptuado como un mal endémico de América Latina.
Preocupa que en varios países de nuestro continente se trate de consolidar sistemas de gobierno que recorten las libertades y derechos para destruir definitivamente las posibilidades de progreso.
Dentro de ese aspecto la situación de Bolivia es cada vez más delicada, si se observa la instalación de una anatomía populista con una mentalidad despreciativa a la libertad individual para hacer que el pueblo caiga en manos de un grupo tiránico desenfrenado que usurpa el poder de gobernar.