Warning: inet_pton(): Unrecognized address in /home/lapatri2/public_html/wp-content/plugins/wordfence/vendor/wordfence/wf-waf/src/lib/utils.php on line 28

Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8
PE�A: "Si hay espíritu�" - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
Loading...
Invitado


Domingo 21 de octubre de 2018

Portada Principal
Cultural El Duende

Herencias de la literatura boliviana

PE�A: "Si hay espíritu�"

21 oct 2018

Publicación de la Peña de Sucre N° 5 - Sucre, 17 de octubre de 1953

¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...

EN UNA EXPOSICIÃ?N DE MUÃ?ECAS

Las muñecas tienen un inquietante don de sugerencia. Podría decirse que, por un milagro solo a ellas concedido, convierten en vida la inmovilidad. Miran a un solo punto del espacio, pero en su mirada se reflejan ansiedades, asombros, malicias, interrogaciones, odios y amores inenarrables. Apenas brindan una sonrisa, pero es una sonrisa siempre cambiante, llena de la más exquisita coquetería, transida de gracia y de femineidad. No tienen sino un ademán, pero en ese único y hierático ademán cabe toda la gama de matices con que la sabiduría innata de la mujer, desde el candor mismo de la infancia, sabe adornar con sus actitudes, sean ellas triviales, graves, tiernas, vengativas, mas siempre definitivamente seductoras.

Y si una sola muñeca puede sumirnos en tales contemplaciones, imagínense lo que diez, veinte, treinta muñecas reunidas inspirarán, por muy esforzado que sea el ánimo de quien las contempla.

¿Cómo resistir el hechizo plural trascendente desde esos ojos, esas bocas, esas cabelleras, esas aposturas pequeñas que parecen invitarnos a entrar en un ámbito extraño, quizá el reino mínimo del encanto, la delicadeza y la frivolidad?

¿Cómo no conmovernos ante la suprema vanidad con que cada una de estas adorables señoritas de estopa y trapo lleva las sedas, los terciopelos, las muselinas de que las han vestido diestras y ágiles manos en un alarde de iniciativa feliz? ¿Cómo no creer que las muñecas tienen en verdad un alma?

Salimos de la exposición. Ya en la calle, nos embarga una incómoda sensación de desacostumbramiento. Los prójimos nos parecen monstruos torpes, gigantes pesados y tontos, seres que se debaten -oh deliciosa inmovilidad vivaz de la muñeca- condenados a la ridiculez del movimiento por disposición de algún genio travieso y cruel.

Gunnar Mendoza Loza.

Potosí, 1914 - Sucre, 1994.

Historiógrafo, bibliógrafo y archivista.

EL ETERNO CONFIDENTE

Uno de sus grandes tedios fue cuando los Césares de la Decadencia no lo necesitaron y tuvo que vagar por las ciudades antiguas como una sombra despreciable. Advino el Cristianismo y lo rebautizaron: se iniciaba el áulico tiempo de su poderío. Reinó durante la Edad Media: nigromantes y monjes cantaron su poder. Declinó en el Renacimeinto, pero el Arte lo mimó todavía con una sonrisa amable.

Pasaron los siglos. Después de la Gran Revolución, el alegre mercader de lamas quebró estrepitosamente: los filósofos le arruinaron el negocio.

Todavía pudo vender supersticiones en la campiña, distraer sus ocios moviendo las mesillas espiritistas de los ateos. Enflaquecía, gastaba trajes desusados, se sonrojaba constantemente y cada día era más invisible.

Desesperado vendió disfraces y máscaras, pero los políticos que formaban su clientela se quejaron que no podían encubrir debidamente sus intenciones ante los pueblos. Buscó el mercado de los adolescentes y se encontró con que estos podían darle lecciones en placeres y mañas. Vino al Nuevo Mundo y se arruinó en las grandes ciudades. Cuando le pedían sus señas personales, al solo oír su nombre todo estaba perdido. Pasaba el tiempo. Hasta los avaros disminuían, asustados por los gobernantes reformadores.

En este estado de miseria se refugió en cierto país. Vendió noticias truculentas y comenzó a prosperar; pero se gastaron y el auge le duró poco tiempo. Los demagogos saturaban el mercado con grandezas místicas. Se defendió con ahínco. Ofreció rumores por pocos centavos� Los compradores le amenazaron con denunciarlo por especulador: para cambiar las cosas se necesitaban otros procedimientos.

Su última esperanza: comprar y vender pieles humanas. Malaparte le dio la gran idea. Los políticos acuden a sus servicios.

-¿Me vendes tu piel? Tu pellejo siempre vale algo.

-Tengo compradores� -inquiere solícito.

Y esta sombra, que bebe en silencio en esa mesa penumbrosa, es todavía el Diablo.

José Felipe Costas Arguedas.

Sucre, Bolivia, 1906 - Brasil, 1982

El corro cultural PE�A tuvo presencia en el ámbito generacional de Sucre entre el 19 de septiembre de 1953 y el 13 de noviembre de 1954. Sus fundadores, denominados a sí mismos "Peñícolas" dieron a conocer su estro literario en la semanal "hoja mimeografiada" del mismo nombre: "Peña". Afirmaban haber creado este movimiento no tanto como institución sino como "sentimiento". Ellos fueron, entre otros: Gunnar Mendoza, Gustavo Medeiros, Julio Ameller, Fernando Ortiz, Enrique Vargas, Guido Villa-Gómez, Hernando Achá, Alberto Martínez y Roberto Doria Medina.

Fuente: "Peña. Publicación de la Peña de Sucre"

Oruro, 2014. Fundación Cultural ZOFRO

Para tus amigos: