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Domingo 21 de octubre de 2018

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Cultural El Duende

Selva Casal

21 oct 2018

Selva Casal Eguren. Uruguay, 11 de enero de 1927. Escritora, poeta y Doctora en Derecho y Ciencias Sociales. Es autora de Biografía de un arcángel (2012), En este lugar maravilloso vive la tristeza (2011), El grito (2005), Vivir es peligroso (2001), Perdidos manuscritos de la noche (1996), Hombre mutilado (1988), Los misiles apuntan a mi corazón (1988), Mi padre Julio J. Casal (1986), Nadie ninguna soy (1983), No vivimos en vano (1975), Han asesinado al viento (1971), Poemas 65 (1965), Poemas de las cuatro de la tarde (1962), Días sobre la tierra (1960), Arpa (1958)

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Los misiles apuntan a mi corazón

Los misiles

apuntan a mi corazón

la puerta se cerró

el viento quedó solo

ahora quién puede recuperarle

nadie

dónde están los que matan

los asesinos

son dulces en mis manos

y mi vientre

es un campo de batalla

no conozco a los que me aman

y ellos no me conocen

me arrancaron de un vientre

de una espada

la noche fulguraba

el sol es triste y duele

es maravilloso estar vivo

es maravilloso estar muerto

arden las ramas las estrellas

mi corazón ardía

el paraíso es así

fulgura y duele

huyamos

tocarás mi ventana

con una hoja amarilla

y me levantaré desnuda

si sabes mi locura

despiértame

de prisa mátame

no sé quién soy no existo

pero amanezco

siempre sorprendida

como de haber estado

en algún sitio oculto

aprendí a deletrear

tardíamente los colores

y la luz toda fue

yo no quería aprender

a leer a escribir

yo no quería nada

me arrastraron

me sujetaron del pelo

me golpearon

los maestros

las instituciones los estados

ahora los misiles la otan

ahora se me caen los ojos

voy por el mundo

como un estallido

porque mis amores

se asemejan al viento

porque este es

un bosque precioso

donde también suceden

asesinatos

los misiles

apuntan a mi corazón

nos suceden catástrofes

siento una angustia cósmica

nuestros huesos al aire

me abrazo a este planeta

me derrumbo

perseguimos mamuts

perseguimos la luna

no estamos quietos nunca

todos

en la luz y en la muerte

somos contemporáneos

bien lo saben los dioses

las estatuas

el desatino atroz de vivir

en un cuerpo solo

ah qué bien ya es domingo

resucitaremos otra vez

no volveré a la escuela

esta vez no estudiaré leyes

como en 1960

fue será distinto

en el tiempo de la justicia

pienso en un mar oscuro

en bestias flores

acaso ellos se salven

de la perversidad

animales queridos

orugas incipientes

las moscas roen

nuestras entrañas

la carne constelada

de las vacas

es azul y renace

las arañas no nos perdonarán

ni los monos

que devoramos vivos

al hombre que ayuna

tuve en mi vientre

y me dio vergüenza comer

porque nosotros comemos

y envenenamos el mar

y las hormigas

Cristo ven

termina simplemente

mi esqueleto

Buda ven

entrañas de los niños asesinados

de la niña que fui

vulnerada asesinada

en una escalera

entonces vi cosas hermosas

y grité

moría y era hermoso

mi padre se asustó

caían estrellas yo caía

holocausto

las espadas apuraron el miedo

a quién apuntan directamente

estos misiles

este reto a la vida

a quiénes esta furia

a quiénes sino a mí

En mí es de noche siempre

Qué tengo yo qué tengo

por qué no tiene fin

ya mi delirio

y en mí es de noche

siempre

el mar duerme yo no

cansados de girar

duermen los astros

cuajada iba la noche

de diamantes

bajo el inmenso ojo lunar

hasta dónde los mares

primeros repican

tal el caos y el orden

el miedo de pronto aparece

ellos duermen yo estoy alerta

de continuo el mundo

me requiere

no es sangre brasas

es lo que por mí circula

cuando has nacido

no hay dónde esconderse

nosotros

convivimos con la nada

perdemos el recuerdo

los días son manzanos ardientes

fruto de una crucifixión

a la que no hemos asistido

cómo podemos seguir

viviendo

para ti el holocausto

la sorpresa de ser

como una bengala

velocísima desaparezco

hay cuerpos.

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