Del discurso a la acción para lograr buena gestión

El trabajo de las autoridades debe orientarse a lograr una buena gestión y pasar del discurso a la acción para tener hasta fin de año una ejecución presupuestaria aceptable, tras iniciar un periodo de continuidad administrativa aplicando un modelo autónomo regional, con nuevo gobernador y nueva alcaldesa.

La población y con preferencia los vecinos esperan que las obras iniciadas por anteriores administraciones no se paralicen y buscan de todas formas garantizar su continuidad, para que no queden inconclusas y después por la necesidad se tengan que usar -sin derecho a reclamo- permitiendo que se consumen actos de corrupción y se engañe al pueblo.

Luego de haber transcurrido un mes tampoco es justo exigir mucho del gobernador Javier Santos Tito y de la alcaldesa Rossío Pimentel Flores, quienes eligieron a sus directos colaboradores quizá actuando con el corazón antes que la razón. El primero prefirió rodearse de ex parlamentarios, algunos con vago conocimiento del sistema de administración gubernamental y otros que le hacen “meter la pata” -como se dice en el adagio popular- sin pensar que esos errores pueden tener un resultado perjudicial en el futuro.

La segunda en cambio, buscó asesoramiento para tener una buena gestión pública y sus “asesores” llegados de La Paz no pudieron hacer marchar el Municipio, debiendo asumir su primer gran error la Alcaldesa que derivó en la destitución del Oficial Mayor de Cultura antes de completar el mes, porque no puede tener un gestor cultural que no conozca los museos que hay en la ciudad y lo que es peor, ignore que el Museo Antropológico “Eduardo López Rivas” pertenece a la Alcaldía Municipal; más grave todavía si además pretende apropiarse del trabajo del ex Oficial Mayor de Cultura, cuando hace conocer que quería entregar la publicación sobre el “Carnaval del Bicentenario” como documento fotográfico de lujo y cuestiona la “fastuosa “ Entrada del Carnaval 2010, ignorando que fastuoso significa dotado de hermosura, admirable, bello, precioso y lindo, denominaciones que en justicia corresponden al Carnaval de Oruro reconocido como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad declarado por la Unesco.

A esto se suma la lucha que tiene que librar con dos sindicatos municipales que reclaman la inamovilidad funcionaria acordada con el ex alcalde Bazán y a quien incluso le pidieron no pagar impuestos. Poner orden en el Municipio es una tarea de titanes porque ningún funcionario que trabaja en la administración central o recaudaciones querrá retornar a su antigua tarea en estricta aplicación de su ítem de gendarme municipal, portero de un parque o sepulturero.

Sin embargo, los despidos masivos que aplican en la Gobernación Departamental y el Municipio Autónomo tampoco se justifican porque -como ya es costumbre- se convierte en una “cacería de brujas” y al mejor estilo medioeval, sin valorar los conocimientos, el entrenamiento y la experiencia que tienen los funcionarios que luego de varios años de carrera llegaron a desempeñar determinada función en la estructura administrativa.

Lo correcto será entonces que ambas autoridades otorguen la oportunidad para que esos funcionarios demuestren sus capacidades y aplicando el método por resultados y rendimientos puedan ayudar a construir un nuevo modelo autónomo, para beneficio de la población, lejos de buscar conmilitones o militantes de los partidos políticos para manejar las dos instituciones que requieren con urgencia tener personal especializado, honesto y que se ponga la camiseta de la gobernación o el municipio para lograr una buena gestión.

Si no se aplican los ajustes necesarios, la ejecución presupuestaria en la Gobernación y el Municipio será mínima a fin de año y la gestión 2010 quedará sólo en el discurso, la crítica, observaciones, denuncias y amenazas que no dejan ningún beneficio positivo a la región, creando un clima de incertidumbre y desaliento en los servidores públicos que deben ser los primeros en demostrar eficiencia, responsabilidad, transparencia y seguridad en sus actos.

Hay que enmendar los errores del pasado, aplicar ajustes permanentes en la administración del Gobierno Departamental y del Gobierno Municipal, para así poder preciarnos de construir una ciudad y una región competitiva y demostrar que las autoridades orureñas tienen poder de convocatoria, reconocimiento ciudadano y saben administrar los recursos económicos de las instituciones para traducir en obras los impuestos que paga el ciudadano y reclama urgente atención de sus autoridades.

(*) Periodista.