Economía minera restringida

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La minería de manera general, aún no es un sector que permita sostener la economía nacional, como sucedía en un largo periodo de la República, con el auge de la plata y hasta con parte del estaño. En la actualidad la minería estatal sigue en la calificación de "tradicional", pues sigue explotando los antiguos yacimientos de la época de los barones del estaño. El caso de Huanuni es un ejemplo con su rico yacimiento del cerro Posokoni, otro tanto, aunque con menos antigüedad, pero interesante producción es Colquiri y luego otras minas que tienen cierto rendimiento, pero relativamente interesante.

A propósito de este tema la Fundación Jubileo logró un trabajo importante de investigación para obtener datos concretos sobre la percepción de regalías mineras, estableciendo que entre las gestiones del 2006 al 2017 (12 años) se recaudó por ese concepto la suma de 1.459 millones de dólares, suma que se distribuyó entre departamentos y municipios en los que se realizan operaciones de extracción de recursos mineralógicos.

En un detalle más específico, Jubileo refiere que Potosí es el distrito que obtuvo el más alto porcentaje de regalías sumando más de 800 millones de dólares; Oruro en el mismo periodo recibió 175 millones de dólares, en tanto que La Paz percibió 141 millones de dólares, otros distritos anotaron una cantidad variable oscilando hacia los 50 millones de dólares.

Se considera que este rubro de las regalías mineras, exceptuando Potosí, por los datos mencionados, resulta irrisorio, si se los divide en doce años y estos a su vez por meses que se recibe en Gobernaciones o Municipios, los montos asignados en función a la comercialización de minerales, la mayor parte, excepto el estaño, en condición de concentrados sin ningún valor agregado, al contrario, en los procesos de venta de nuestros minerales, cuando los compradores efectúan una especie de descuentos a tiempo de comercializar el producto, un hecho que resulta grotesco en nuestra economía, ya que se reduce el valor de nuestros concentrados, pero los compradores obtienen una recuperación extra por la separación técnica de varios minerales que son negociados por separado. Esa fase negativa se eliminaría y nos permitiría obtener mayores utilidades, una vez que nuestros concentrados se conviertan en metálicos y se vendan con valor agregado, algo que lamentablemente, parece poco significativo a las autoridades.

Mientras no se dispongan medidas que estén contenidas en una renovada política minera y amparada en una ley debidamente reglamentada, la economía minera seguirá siendo restringida y poco favorable a la necesidad de encarar nuevos emprendimientos, partiendo en un orden lógico de prospectar, explorar y explotar, fases que implican fuertes inversiones y bastante tiempo.