Oruro como centro del altiplano tiene una relación indisoluble con el Norte de Chile, un fuerte vÃnculo con el comercio, actividad que permite mantener viva una economÃa regional que se da entre las fronteras boliviano-chilena y que los pobladores de las dos regiones, reconocen y están conscientes que eso no va a cambiar por el fallo de La Haya.
En nuestra región tenemos que tomar la delantera y ver como avanzamos para consolidar el manejo, administración y control del Altiplano MarÃtimo Central, porque de nada servirá tener un Tren Bioceánico, si no facilita el acceso al PacÃfico y permite el manejo masivo del comercio internacional que, entre otras cosas, resulta ser la tabla de salvación para el Occidente de Bolivia.
Nuestras autoridades no le ponen la mirada a Oruro, sus planes y proyectos están postergados y, lo que es más, seguimos viviendo de ofrecimientos de ilusiones y quienes alzaron la voz para reclamar la ejecución de importantes proyectos, ahora parecen resignarse y esperar que algún dÃa cambie esta situación, ya sea para bien o para mal.
La garra de los orureños está debilitada, no hay liderazgo y las pocas personas que representan a las instituciones están pasivas, no asumen su rol y dejan que sean las autoridades que decidan con serios errores y desaciertos el futuro de la región. Se construyó un Puerto Seco, mejor dicho, el recinto donde deberÃa funcionar el puerto, pero luego resulta ser que más bien sirve de depósito para la Aduana y se quiere construir una Terminal Multimodal en Soracachi, sin ver si realmente esa ubicación es la ideal.
Ya antes se pensó en construir el Puerto Seco y hasta un parque industrial en ese municipio, Soracachi, empero surgieron voces de alerta que pedÃan que se garantice primero la recarga del agua para los afluentes que se tiene para los pozos de Cala Caja y luego se dejó pendiente el tema, asimismo para garantizar el desarrollo de la actividad agrÃcola y ganadera, lejos de la contaminación que se podrÃa dar por la presencia de elevado número de camiones, la carga no siempre limpia y hasta los minerales que se transportarán desde ese sitio.
Nada se dijo y se cambió de ubicación, pero ahora volvemos a lo mismo y al principio sin que nadie reclame y de esta forma los empresarios que piden el emplazamiento de un área de resera industrial en Socamani, se olviden del asunto, porque a ninguna autoridad le interesa habilitar un parque industrial liviano en ese sector, porque lo más cómodo resulta aprobar urbanizaciones y permitir el negocio de la venta de tierras, que resulta ser muy lucrativo para unos cuantos, en perjuicio de la mayorÃa de los orureños.
Ojalá se pueda avanzar sin tropiezos con los proyectos de impacto regional para salvar al Occidente boliviano y lograr un equilibrio con el Oriente que muestra y ejecuta un raudo crecimiento y puebla sus campiñas con los altiplánicos que se van en pos de mejores condiciones de vida.
Si esto no cambia en 2020 Oruro apenas tendrá el diez por ciento de la población de Santa Cruz y con eso no conseguiremos nada, porque no podremos ni siquiera negociar un curul para las próximas elecciones.
No hay que descuidar nuestro desarrollo y los que se reclaman como lÃderes deben demostrar que sà quieren y pueden trabajar por Oruro, lo contrario será tener más de lo mismo.
(*) Periodista
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