Cómo prevenir el consumo de alcohol en la juventud

El alcohol es una de las sustancias más populares entre la población boliviana, su consumo está fuertemente ligado a nuestra cultura y su percepción de riesgo es muy baja. Para muchos jóvenes, beber alcohol es una práctica fuertemente vinculada al ocio de fin de semana y a la socialización.

Pero las consecuencias son muy graves a la hora de que este consumo toma regularidad en los jóvenes y adolescentes de nuestro país, entre las más comunes tenemos: A nivel físico, alteraciones en el sistema inmunológico; a nivel mental, el alcohol genera pérdida de memoria y aprendizaje; finalmente en lo social también genera problemas cuando el joven adopta conductas agresivas, dificultando las relaciones sociales.

Por lo señalado, es necesario adoptar medidas necesarias para prevenir el consumo de alcohol en jóvenes y adolescentes sobre todo a nivel familiar, para de tal forma enseñar comportamientos y hábitos saludables, actitudes favorables al propio cuidado, entre las cuales puedo sugerir:

También es importante establecer normas y límites, adaptados a la edad de nuestras hijas e hijos; ayudarles a desarrollar actitudes críticas, enseñarles a asumir responsabilidades y practicar recursos de autocontrol, de manera que favorezcamos su autonomía, su seguridad y puedan tomar decisiones más responsables.

Edúcales en valores y actitudes a través de tu ejemplo. Si estás tratando que tus hijos no consuman alcohol, no lo hagas tú tampoco delante de ellos. No vale decirles que tú sabes hasta dónde puedes beber y que "controlas". Ellos pensarán "por qué no van a poder hacer lo mismo". Recuerda que los adolescentes aprenden más a través del ejemplo.

Es importante que trates de saber qué tipo de amigos tienen, incluso es positivo que les ofrezcas que se reúnan, en la medida de lo posible, alguna vez en tu casa para que los conozcas y observes cómo se relacionan entre ellos y la forma de comportarse que utilizan para pasarlo bien.

Si ya existe una sospecha de consumo, debemos actuar con prudencia, valorando la dimensión y la gravedad del problema, tratando de ajustar nuestra reacción a la situación de forma proporcionada.

Es importante que conozcamos las circunstancias del consumo, saber el tipo de relación que nuestra hija o hijo está manteniendo con el alcohol y debemos apostar siempre por la comunicación y el diálogo, evitando tomar medidas agresivas y de ser necesario buscar ayuda profesional.