No me cabe duda alguna que poder tener un canal de televisión abierta fue un enorme esfuerzo y sacrificio, que al verse consolidado se notó entre la población, en especial la de estratos populares, una satisfacción tal que el logro pareció ser de todos ellos.
Entrar en contacto con la gente era su don natural, y lo era tanto que se hizo costumbre pegar los oÃdos al medio dÃa a la radio, para saber cómo jornada a jornada, resolvÃa los problemas grandes y pequeños de la gente, de sus compadres, sus comadres y sus ch´iti compadritos. Gente a la que tanto quiso y que, llegado el momento, le supo pagar tanto amor con más amor.
Con el Canal 4 de RTP en su versión experimental, Palenque se rodeó de los que en su momento eran los periodistas "top" de la caja boba, con la finalidad de no ser únicamente un canal para la Tribuna Libre (su programa estrella), sino poder marcar una huella tan honda como lo hacÃa hasta entonces su radio, la Metropolitana.
Pero fue un programa de debate, el que puso al famoso Canal 4 en la mira del poder y en el escenario polÃtico de una manera que no se habÃa visto en la historia de la comunicación boliviana.
CompartÃan una tertulia y algunas bebidas con nada menos que Roberto Suárez "El Rey de la CocaÃna", en una de sus haciendas y tal situación hizo que inmediatamente se denomine a este cortometraje como el "narcovÃdeo".
Luego de semejantes declaraciones, don Cucho Vargas vio la ocasión especial para soltar la bomba en vivo y directo por televisión. Armó su programa de debate en la sala de un cine de poca importancia, pero de gran auditorio y ante el asomo de propios y extraños, entrevistó telefónicamente al mismÃsimo Roberto Suárez.
Quizás la entrevista no hubiera pasado de lo anecdótico, si no hubiera sido que don "Roby" se fue de lengua, acusando a moros y cristianos de ser parte del ominoso delito del narcotráfico. "El Rey de la cocaÃna es el Departamento de Estado de los Estados Unidos y el segundo rey es el gobierno de Bolivia", dijo sin que le tiemble la lengua, y como el ventilador estaba prendido, comenzó a soltar basura sobre el que se acordaba y de esa manera muy pocos quedaron sin que les toque, aunque sea la envoltura de un chicle.
A la mañana siguiente, los funcionarios de RTP asistieron puntuales a abrir las puertas del canal, pero se dieron cara a cara con la PolicÃa que, por órdenes del Ministerio de Comunicaciones, habÃa clausurado el medio por "ApologÃa del Delito".
Fue tal la presión social y el efecto Palenque en la sociedad, que a VÃctor Paz no le quedó otra que volver sobre sus pasos y ordenar la reapertura del Sistema RTP, tratando de que todo vuelva a la normalidad lo más rápido posible.
Si hubo una piedra en el zapato de este gobierno, que le molestó desde su llegada al poder hasta el dÃa de hoy, fueron sin duda alguna los medios de comunicación y su enorme influencia en la opinión pública.
Si bien es cierto que no se animó (seguro que ganas no le faltaron) a cerrar medios como sus colegas venezolanos, copar la mayorÃa de los canales de televisión y periódicos, comprándolos mediante raros inversionistas, fue una estrategia que tapó muchas bocas y censuró cientos de plumas a la vez.
Una de ellas fue doña Amalia Pando, quien hizo de todo para sobrevivir, y que luego de mucho esfuerzo, parecÃa haber encallado de manera exitosa en la radio perteneciente a la Gobernación de La Paz de nombre Ã?xito.
En los últimos 2 años, junto a Roxana Lizárraga y otros colaboradores, le hicieron el quite a todas las maniobras posibles del gobierno por sacarlos del aire, incluyendo una expropiación de los predios donde funcionaba la emisora.
Esta vez ni Amalia Pando, mucho menos Carlos Mesa saldrán tan favorecidos con esta censura como le aconteció a don Carlos Palenque, pero si tendrá un costo polÃtico lapidario sobre el Tercer Sistema del adobero gobernador.
(*) Paceño, stronguista y liberal
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