La promulgación de la Ley de Organizaciones PolÃticas y el anuncio de candidaturas adelantaron el inicio de la campaña electoral en la que la gran perdedora es la cultura.
Esa actitud explica lo que pasa con Potosà que, pese a todos sus antecedentes, ha retrocedido en muchas manifestaciones culturales, fundamentalmente la literatura.
Si hacemos un mapa de la Bolivia literaria, encontraremos que ocho de los nueve Departamentos de Bolivia tienen sus representantes. El único ausente es PotosÃ.
Casualidad o no, el declive de la literatura potosina coincide con el cierre de la Editorial PotosÃ, el otro gran emprendimiento de Armando Alba.
Mientras duró, la Editorial Potosà publicó muchas de las obras capitulares de la literatura potosina, pero tuvo corta duración. Mientras la Casa de Moneda, que la albergaba, sobrevivÃa al paso de los años, la editorial apenas duró unos años sin su impulsor. Cerró sin pena y con gloria.
A partir de entonces, los autores potosinos perdieron su vitrina al paÃs y no supieron donde más publicar. La literatura descendió a su mÃnima expresión.
Hace unos dÃas, en un acto de premiación realizado en el Museo Nacional de Arte, expuse esta realidad a cuatro de los sietes integrantes del Consejo de Administración de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia. Aprovechando que eran mayorÃa, les pedà que repongan la Editorial PotosÃ. No me respondieron.
Desde hace meses, intento, infructuosamente, que alguna autoridad sin criterios mezquinos recoja la propuesta de abrir una editorial pública en PotosÃ. La respuesta es el silencio, cuando no la inacción.
Mientras eso ocurre, el talento potosino se abre paso sin apoyo del Estado. Las letras de Eliana Soza aparecen en "Letras itinerantes", una antologÃa colombiana, mientras que una obra de Ã?scar Ordóñez es anunciada para presentarse en Perú, Ecuador y Colombia.
¿Cuánto invierte el Estado? ¡Nada! A nuestros polÃticos les interesan más los actos de masas, aquellos que representan votos. El problema es que, mientras ellos coquetean con el electorado, la literatura se muerteÂ? y la pinturaÂ? y la músicaÂ? y la escultura.
La falla, empero, no está en el nivel central del Estado. La muestra de ello es que la Vicepresidencia ha acometido el proyecto editorial más ambicioso de nuestra historia con la Biblioteca del Bicentenario de Bolivia. Por tanto, el problema está en los gobiernos departamentales y municipales.
Si ninguno de estos niveles de gobierno hace algo por rescatar la literatura potosina, junto a las demás artes, habrá un tiempo en el que la historia los juzgue. Y la historia, aquella que es desarrollada de manera cientÃfica, no se somete a sobornos ni a presiones polÃticas.
(*) Premio Nacional en Historia del Periodismo
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresÃa Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del dÃa en PDF descargable.
- FotografÃas en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.