Nuestra nación ha vivido un largo proceso al margen de la democracia, con un periodo de varios años en que corrientes subalternas de las Fuerzas Armadas, asumieron el mando del gobierno, con un rol que permitió a varios jefes del organismo castrense disponer a su modo el manejo administrativo de todas las riquezas nacionales, usufructuando los ingresos y gobernando al pueblo bajo condiciones violentas que desconocieron los derechos humanos.
Hay una larga lista de asonadas militares que sustituyeron a gobiernos civiles y democráticos por otros de fuerza y atrabiliarios, se incluye en esos procesos un partido nacionalista revolucionario que también fue parte de los golpes de Estado. Entre los últimos de la cadena golpista se cuentan el propiciado por René Barrientos Ortuño en 1964, el golpe de Alfredo Ovando Candia en 1969; está luego la rebelión dentro el mismo organismo militar con el golpe "socialista" de Juan José Torrez y en 1971 que se prolongó hasta 1978 que impulsó Hugo Banzer Suárez en una alianza temporal con partidos políticos que sin embargo no pudieron evitar el malestar ciudadano y la reacción de mujeres mineras que debilitaron la dictadura y convocó a elecciones democráticas.
Pese a que el pueblo concurrió a las urnas, los resultados electorales mostraron una serie de alteraciones y se anularon o se retomó la acción golpista de otros militares, por tanto la cadena castrense continuó usufructuando del Estado boliviano hasta que después de otros intentos de prórroga irregular, la acción violenta de más golpistas que alteraron los intentos para democratizar el país, por fin en el mes de julio de 1982, dos militares asumen la responsabilidad de entregar el mando de la Nación al General Guido Vildoso, como el último eslabón de la cadena golpista y con la misión de transferir el poder a los civiles convocando a los últimos congresistas de los comicios de 1980 que no pudieron ejercer sus cargos y que lo hicieron en la oportunidad, eligiendo al Dr. Hernán Siles Zuazo como el Presidente Constitucional de la República. Esa posesión se produjo el 10 de octubre de 1982.
Recordamos en la fecha 36 años de ese acontecimiento que devolvió la democracia a Bolivia y que nos ha permitido a bolivianos y bolivianas, gozar del enorme sentido cívico patriótico de vivir con respeto a la Constitución, a las leyes y defendiendo principios y derechos ciudadanos, que fueron vulnerados durante muchos años por quienes hicieron gobierno con la fuerza de las armas y con la violencia que cobró vidas, destruyó hogares y alteró las libertades ciudadanas.
Por supuesto que la recuperación de la democracia no fue sencilla, el país que se entregó a los civiles después de los gobiernos dictatoriales, se encontraba al borde del colapso, con una hiperinflación inaudita y con los recursos financieros tocando fondo, con enorme deuda externa y con pocas posibilidades de salvar la contingencia, al haber perdido credibilidad en el consenso internacional.
El pueblo se rehízo y apoyando condiciones políticas de renovación encaró la recuperación de recursos, hecho que se vio favorecido con periodos especiales que elevaron los precios internacionales de nuestras materias primas haciendo posible la recuperación de la economía nacional. Son tiempos de avance en materia económica y se espera que los mismos sirvan para fortalecer la democracia nacional, respetando los derechos de todos los bolivianos, empezando por la Constitución, las leyes, la justicia y las libertades. De eso se trata, gobernar y escuchar al pueblo en toda instancia.
Fuente: LA PATRIA
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