La guerra iniciada, a partir del atentado del 11 de septiembre (2001) a las Torres Gemelas abrió un nuevo escenario Político Militar y Religioso, a diferencia de la guerra fría con la Ex Unión Soviética, la Guerra de Vietnam y la invasión a Irak, este nuevo escenario se torna cada vez mas difícil de llegar a su fin. Porque este hecho, está relacionado profundamente en una visión de extremismo religioso de lucha contra el mal (para ellos el Cristianismo), es que sectores radicales del Islamismo están concentrados de forma oficial en Irán, tras el triunfo de la revolución iraní (1979). No sólo se pronuncian a favor de la guerra contra Estados Unidos; es más, han entregado su lealtad a los Talibanes de Al Qaida (La Base, estudiantes del Islam) un reducto muy fuerte concentrados en Afganistán desde la retirada Soviética y están orientados en los objetivos de Bin Laden (1998).
La posibilidad de Irán, Argelia, Siria, Libia a sumarse a la guerra santa contra Estados Unidos es cada vez mas probable, no sólo por una cuestión de Fe al Islamismo es también desde una “nueva visión de la geopolítica para la hegemonía del poder total del mundo”, propiciada de manera continua por una cultura por la guerra, desde tiempos remotos desde la civilización Hebrea contra sus vecinos manifestados en la Biblia y en el Corán.
La religión desde hace décadas se ha utilizado como arma ideológica, para justificar un expansionismo en ambos lados. En el cristianismo desde las cruzadas y la continuación de los masones de la santa inquisición, continuando con el colonialismo español, inglés, portugués y toda Europa, bajo el estandarte de la iglesia católica invadían y sometían al nuevo continente en la inspiración del cristianismo, de la misma manera a los territorios del oriente asiático.
A la caída del imperio romano, de la misma manera el Islamismo tomó fuerza a la cabeza de Mahoma, teniendo en su poder a gran parte del continente europeo, el expansionismo del Islam puso en práctica como la primera la intervención territorial. Entonces, la Guerra santa no es una simple frase, es una simbología por el nuevo poder del mundo, es la bandera que va por delante ante cualquier avance geopolítico y económico contra los estados occidentales o estados con una mayoría de seguidores del cristianismo.
En el otro frente están; los Estados Unidos, Alemania, Inglaterra, Japón, Canadá, Italia y Francia (G-7) que en la segunda Guerra Mundial se enfrentaron culminando en el bombardeo atómico de las poblaciones civiles de Nagasaki e Hiroshima (1945); para el Japón este criminal genocidio es cosa del pasado. La actual plataforma de guerra de los Estados Unidos es Afganistán y Pakistán e Israel; estos países han tenido que someterse a las exigencias de los Estados Unidos, para obtener una bendición en el desarrollo de sus centros nucleares. Además, Pakistán a cambio de una sobreprotección frente a su archí enemigo la India.
Rusia y Ucrania (ex Unión Soviética) necesitan apoyar estas acciones bélicas contra cualquier Estado, ampliando nuevos escenarios de carácter político militar, con el objetivo de fortalecerse económicamente por la venta de armas convencionales y no convencionales, retroalimentándolo a una actitud sanguinaria del Ejército Ruso contra Chechenia. De la misma manera a futuro, para obtener una certificación de los países de la OTAN y tener libertades para aplacar la autodeterminación de los pueblos bálticos, Asia Central, El Cáucaso y los estados orientales.
El Islamismo y el Cristianismo, en el pasado han tenido éxitos en el desarrollo operativo de la guerra como única salida para el crecimiento de la Fe. Entonces, no es posible entrar en el juego de sus intereses creados, que utilizan el nombre de Dios para hacernos creer que sus acciones son justificadas. Ambos lados tienen a sus monstruos de mil cabezas alimentados con el odio, la venganza y principalmente la ambición por obtener beneficios políticos y económicos o mantener el orden, lo más probable “un nuevo reordenamiento del poder Mundial”.
Mientras tanto, las víctimas de estos enfrentamientos entre moderados y fundamentalistas, que por lo dicho son la inmensa mayoría que sufre de hambre en el Mundo, por acciones desiguales del libre mercado y la globalización, por la tiranía estalinista que mantienen algunos gobiernos (Cuba, Venezuela y Corea del Norte) seguido por los desastres provocados por los fenómenos de la naturaleza.
Finalmente, no cabe duda que la resolución de las Naciones Unidas (ONU) para exigir el “no desarrollo de armas nucleares”, mediante el bloqueo económico y militar contra el Estado de Irán, será la culminación del inicio de continuas agresiones en ambos lados que finalmente concluirá en una tercera guerra mundial, utilizando armas no convencionales de largo alcance con efectos devastadores para la humanidad. En un momento en que el planeta tierra. Necesita de sus habitantes el cuidado necesario desde la preservación del medio ambiente y el respeto a los derechos y libertades del hombre.
Para todos nosotros, que sentimos el efecto la profundización de la crisis de la seguridad mundial: son y serán la Tierra, la Naturaleza y la Humanidad la esperanza del mañana, el Paraíso prometido, un punto en la inmensidad del espacio, aun así el refugio único que tenemos. Mantenerlo es importante. Por tanto, debemos inspirar a partir de cada uno de nosotros, preservando la naturaleza y tener la capacidad de perdonar primero, antes de pedir algo a cambio, profundizar un tercer factor enarbolando la Paz y el cese al Fuego de las acciones militares y sobre todo pidiendo que todos los gobiernos vuelvan a ser humanos como nosotros.
(*) Gerente; Centro de Estudios Económicos, Logísticos y Técnicos “Celtes”.
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