Oscar Wilde: La mejor manera de librarse de la tentación es caer en ella

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� La experiencia no tiene valor ético alguno, es simplemente el nombre que damos a nuestros errores.

� El hombre puede soportar las desgracias que son accidentales y llegan de fuera. Pero sufrir por propias culpas, ésa es la pesadilla de la vida.

� Sí: Soy un soñador. Un soñador es aquel que sólo puede encontrar su camino de luz en la luna, y su castigo es que ve el amanecer antes de que el resto del mundo.

Â? Algunos causan felicidad dondequiera que vayan; otros cuando se van.

Â? Una cosa no es necesariamente cierta porque un hombre muera por ello.

� El hombre es menos él mismo cuando habla en su propia persona. Dale una máscara, y te dirá la verdad.

� El mundo llama inmorales a los libros que le explican su propia vergüenza.

� Estoy convencido de que en un principio Dios hizo un mundo distinto para cada hombre, y que es en ese mundo, que está dentro de nosotros mismos, donde deberíamos intentar vivir.

Â? Me gustan los hombres que tienen un futuro y las mujeres que tienen un pasado.

� Ser natural es la más difícil de las poses.

� Un buen amigo siempre te va a apuñalar por la parte delantera.

Â? Estamos todos en la cloaca, pero algunos de nosotros estamos mirando las estrellas.

� Escojo a mis amigos por su buena apariencia, a mis conocidos por su carácter y a mis enemigos por su razón.

� No quiero ir al cielo. Ninguno de mis amigos están allí.

Â? Como no fue genial, no tuvo enemigos.

� La educación es algo admirable, sin embargo, es bueno recordar, que nada que valga la pena se puede enseñar.

� La única ventaja de jugar con fuego es que aprende uno a no quemarse.

� Perdona a tu enemigo. No hay nada que le enfurezca más.

� Mejor ser un cohete caído que no haber resplandecido nunca.

� Es terriblemente triste eso de que el talento dure más que la belleza.

� Los niños comienzan por amar a los padres. Cuando ya han crecido, los juzgan, y, algunas veces, hasta los perdonan.

� La ambición es el último refugio del fracaso.

� No voy a dejar de hablarle sólo porque no me esté escuchando. Me gusta escucharme a mí mismo. Es uno de mis mayores placeres. A menudo mantengo largas conversaciones conmigo mismo, y soy tan inteligente que a veces no entiendo ni una palabra de lo que digo.

� La mejor manera de librarse de la tentación es caer en ella.

� La muerte debe ser tan hermosa. Para estar en la tierra marrón, con las hierbas que agitan por encima de la cabeza, y escuchar el silencio. Para no tener ayer, ni mañana. Para olvidarse del tiempo, para perdonar la vida, estar en paz�

Oscar Wilde. Irlanda, 1854 - Francia, 1900.

Escritor, poeta y dramaturgo.