Aproximación a las Obras selectas de H. C. F. Mansilla. Cincuenta años de producción intelectual

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En las Obras selectas (1) de H. C. F. Mansilla encontramos la siguiente expresión: Eritis sicut Deus scientes bonum et malum (Seréis como Dios, conocedores del bien y del mal): Según el Génesis bíblico, estas palabras dirigió la serpiente a los primeros hombres en el Paraíso terrenal para incitarlos a gustar del Árbol del Bien y del Mal. La misma frase constituyó la dedicatoria de Mefistófeles en el Fausto de Goethe a un estudiante después de haber examinado ventajas y desventajas de todas las ciencias. Y Mefistófeles añadió para sí: "[�?] un día de tu semejanza divina ya te asustarás".

Mansilla nos explica que Mefistófeles se refería a la posibilidad de que el desarrollo del quehacer humano, y justamente aquel influenciado por elementos científico-tecnológicos, pudiese conducir a situaciones nada beneficiosas para el progreso ulterior del género humano.

Así se expresaba Mansilla en La limitación del conocimiento científico, libro publicado en 1976 a sus 34 años de edad, al que yo denomino escrito de transición en la conformación de su filosofía política. Considero que las Obras selectas nos señalan el desarrollo de su pensamiento en tres etapas:

1) su periodo incipiente, 2) la época transitoria y 3) la obra madura. El mencionado escrito de transición puede ser considerado fundamental porque nos permite comprender su posición epistemológica frente al conocimiento y es donde se avizora los cimientos filosóficos para la construcción de su filosofía política.

Hago esta comparación en la línea del tiempo porque creo importante comprender el movimiento intelectivo que él tuvo desde su formación hasta el despliegue de sus propias teorías.

Muy diferente es la producción teórica de transición, donde ya se atreve a tomar una posición frente a los debates de su tiempo. Empieza a producir ideas propias y amplía el horizonte de sus primeras influencias. No solo se queda en la concepción de la Escuela de Frankfurt, sino que poniendo en duda lo que mentalmente ya consolidó, empieza a elaborar ideas propias en torno a Martin Heidegger, Friedrich Nietzsche y Arthur Schopenhauer.

Es un recorrido largo el de Mansilla, con una simbiosis de lecturas y experiencias personales. Sintió lo que significa ser lo otro en el ambiente académico alemán. Por ello pienso que décadas más tarde lo expresará conceptualmente, en su obra aún incomprendida titulada Espíritu crítico y nostalgia aristocrática.

Volviendo a la obra de transición, esta le sirve para fundamentar la importancia del racionalismo, pero ojo, posicionándose en defensa de la razón global y no así de la razón instrumental.

Otra vertiente importante es la de Sir Karl Popper. Recordemos que el estudiante Mansilla fue testigo del debate iniciado por Theodor W. Adorno y Popper, quienes contrapusieron el pensamiento crítico-dialéctico a las tendencias positivistas y empiricistas. Después fue absorbiendo las ideas de la sociedad abierta de Popper. Sin embargo, de acuerdo a su propia autobiografía, Mansilla piensa que los pilares fundamentales de su pensamiento emergen del seno familiar, a pesar de las lecturas y la rigurosa formación académica. Es decir, que si en casa nos forman autoritariamente, muy difícilmente modificaremos nuestra estructura mental, pero el cambio no es imposible si nos responsabilizamos cuestionándonos a nosotros mismos y haciendo uso de la razón. Por ejemplo: la influencia de la casa paterna en Mansilla es medular porque lo inclinó al pluralismo ideológico. Cuando su padre fue rector de la Universidad Mayor de San Andrés, manifestó la mayor tolerancia y paciencia con respecto a posiciones extravagantes que eran fenómenos permanentes en el ambiente estudiantil. Asimismo fue influido por la religiosidad de su madre, quien no profesaba un credo supersticioso y santurrón. Por el contrario era un acto de confianza y agradecimiento ante la racionalidad del universo y un trato razonable y bondadoso hacia el prójimo y todas las criaturas de la naturaleza.

Es evidente que el autor creció en una La Paz casi rural -en todo caso: premoderna- en medio de la solidaridad de la estructura familiar tradicional. Este contexto moldeó en Mansilla la tolerancia, la duda, la convivencia razonable, el pluralismo político y su adhesión al Estado de derecho. Ningún ser humano debe ser sacrificado por un proyecto utópico.

En la obra madura podemos percibir varios ejes: a) La teoría crítica de la modernización; b) la concepción histórica que la encontramos en Evitando los extremos sin claudicar en la intención critica [2008], texto transversal de su filosofía de la historia; c) lo rescatable del orden premoderno; d) la crítica de las tradiciones culturales autoritarias; y e) el carácter conservador de la sociedad boliviana

La crítica de las tradiciones culturales autoritarias se expresa en la obra madura denominada: Las raíces conservadoras bajo las apariencias radicales en América Latina [2016]. Mansilla analiza la realidad latinoamericana y boliviana, presuponiendo la vigencia de tradiciones y valores de orientación de carácter particularista en estas regiones. Precisamente esta vigencia en las décadas finales del siglo XX y comienzos del XXI habría posibilitado el resurgimiento nacionalista e identitario de concepciones antiliberales, antirracionalistas, colectivistas y autoctonistas en varios países del área. Este renacimiento exhibe, según el autor, una naturaleza ambivalente:

(a) una fuerte inclinación a imitar indiscriminadamente los logros de Europa Occidental y Norteamérica ("las fuentes del imperialismo") y (b) simultáneamente una tendencia cultural opuesta al racionalismo, a la democracia pluralista y al humanismo occidental. En la zona andina el revigorizar cultos religiosos aborígenes tiene, de acuerdo al autor, la función de un uso instrumental de las religiones con trasfondo político. Una de sus tesis centrales sostiene que el culto actual de las emociones e intuiciones, como manifestaciones humanas contrapuestas y superiores a los productos del frío racionalismo, sería una operación social destinada a manipular los sentimientos de las masas con menores índices de educación e ingresos.

Considero a este texto como anti-utópico, porque lastima e interpela nuestras creencias y posiciones sobre un futuro mejor. En el acápite "Lo ilusorio del igualitarismo y las utopías", el autor nos muestra la formación de élites muy privilegiadas en el seno de regímenes radicales que presuntamente intentan establecer la igualdad de todos los ciudadanos.

Vinculando algunos casos históricos con la reflexión política, Mansilla nos trata de mostrar que todos los experimentos sociales de corte radical han terminado edificando clases dirigentes muy alejadas del pueblo y poseedoras de considerables privilegios fácticos, típicos de sociedades clasistas, que estos grupos dirigentes pretendían abolir. De acuerdo al autor este fenómeno puede ser visualizado en todos los proyectos de reforma radical utopista, empezando por la República de Platón. Las revoluciones sociales en Rusia, China y Cuba e innumerables experimentos en el Tercer Mundo han intentado eliminar las desigualdades sociales, pero todos ellos, de acuerdo a Mansilla, han terminado instituyendo élites gobernantes que gozan privilegios fácticos muy superiores a las élites tradicionales.

La filosofía política que se deriva de estas reflexiones es, por consiguiente, un enfoque pesimista sobre la evolución de la humanidad y de América Latina y escéptico con respecto a las posibilidades de una modificación en el corto plazo. Lo que Mansilla llama conservador en el título de un libro engloba el sentido común muy amplio en América Latina, en el ámbito islámico y en regiones africanas, un sentido común que preserva las rutinas y convenciones que vienen de muy atrás (y que por ello son muy apreciadas por la población), combinadas en el ámbito político con la tradición de autoritarismo y paternalismo, que resultan así muy difícil de ser superadas.

Finalmente considero que también se han generado tres vertientes en reacción al pensamiento del autor: Los que están a favor, los críticos y los radicales. Entre estos últimos, Raúl Prada Alcoreza y muchos otros. Entre los críticos se encuentra Fernando Molina, quien hace un seguimiento sostenido y disciplinado del pensamiento de Mansilla. Solo me voy a referir a la última publicación de Molina titulada: El cholo dionisiaco. En el eje Nietzsche-Medinaceli (y otros ensayos de filosofía política) [2018]. De los nueve ensayos, dos se refieren al pensamiento de Mansilla. Molina considera que nuestro autor desarrolló su obra en el resurgimiento mundial del liberalismo bajo la forma del neoliberalismo de 1979 al 2001. Molina nos explica que Mansilla favoreció una reforma social progresiva y dentro de esta pensó el "buen gobierno". Este aporte es valioso porque agrega un elemento más para la comprensión de la filosofía política del autor. Molina aclara que Mansilla discrepa con el "desarrollismo" neoliberal y coincide con la búsqueda teórica del pluralismo social y político que se dio en el país en los años 90.

Quiero agradecer al Dr. Mansilla por haber confiado su producción intelectual a rincón ediciones, ya que en nuestra editorial hemos pensado en la proyección de nuestra labor a favor de las próximas generaciones, para que sirva como base de futuros estudios rigurosos. Este proyecto lleva el significado y el ejercicio del amor más elevado que es el amor-ágape.

Recordemos que los tres significados de amor para los clásicos eran el amor-eros ligado a la libido y a la sexualidad (el más egoísta); el amor-filia, que está ligado a la amistad, a la benevolencia y a los lazos familiares; y el amor-ágape, que es el amor intelectual, el verdadero amor, el más elevado: el amor al conocimiento.

(1) Mansilla, H. C. F.: Obras selectas (tomo I).

La Paz, rincón ediciones, 2018, p. 469.-

Obras selectas fueron presentadas en la XXIII Feria Internacional del Libro de La Paz en agosto de 2018.