Como era de esperarse, es a la gente que menos aprecia uno, a la que más se rememora y una de estas evocaciones, es un poema que nos hacÃa leer una y otra y otra vez, para enseñarnos vocabulario, rimas y demás figuras literarias, que se me quedó grabado a fuego lento en la mente, pues contiene una prosa hermosa y porque la historia que relata es simplemente apasionante de principio a fin, y además recomiendo con fervor.
Es una verdadera belleza para leer y siempre se me quedó grabada la idea del juramento como un compromiso sagrado, y aunque en lo personal he jurado tantas veces al vacÃo, no deja de tener para mÃ, un valor especial, el saber que lo que se ofrece, se debe cumplir.
Cuando Evo Morales y el equipo jurÃdico presentaron la demanda ante la CIJ, la idea de eludir el tratado de 1904 me pareció como si los juristas hubieran querido ir por donde menos se lo hubiera esperado Chile y por donde más fundamentos, pruebas y argumentos podÃamos tener, lo que en breve análisis me pareció muy acertado.
Luego, cuando se refirieron a los distintos "compromisos" que supuestamente generaban derechos expectaticios, yo hacÃa la siguiente analogÃa: Supongamos que la hija más querida, lleva muchos años de noviazgo y el consorte finalmente pide la mano en una ceremonia llena de pompa y solemnidad. Ambas familias se encuentran, aceptan la unión, ponen la fecha y empiezan con los trámites legales y demás asuntos para organizar la boda más suntuosa que se pueda imaginar.
Se anuncia en la prensa, se mandan invitaciones y hasta regalos llegan, pero el dÃa de la boda, el novio entra en pánico y deja a la novia vestida y alborotada. Más allá de que luego se le puedan pedir reembolsos por los daños y perjuicios y quizás un cuñado enfadado le pueda romper la nariz, no existe en la faz de la tierra una Ley que pueda obligar a que ambos prometidos contraigan matrimonio, por mucho que la unión haya estado rodeada de todos los formalismos habidos y por haber, en cuanto a las buenas intenciones y gratos deseos.
Desgraciadamente, esta vez, como en muchas otras, nos volvió a ir mal. Al parecer nuestros abogados estaban lejos de la fórmula adecuada, la CIJ aparentemente tiene una raigambre del derecho anglosajón muy fuerte y como nuestros juristas se las dieron de vanguardistas, quisieron patear el penal de taco y la pelota ni siquiera se acercó al arco.
Saludo el hecho de haber emprendido la labor de la misma manera que lo hice en 2013, pues como dicen muchos, no hay peor lucha que la que no se hace, pero lo que no toleren, porque me causa nauseas, es que me doren la pÃldora y me hagan creer que ganamos, cuando perdimos por goleada.
Nos han metido el dedo tan adentro, que nos están rascando el talón por dentro y ya van 13 años del mismo verso de que todo está bien, cuando sabemos que todo está muy mal.
Basta señores, asuman todos, la responsabilidad que les toca y empezando por el Presidente, terminando en el último funcionario que algo tuvo que ver con este papelón, den la cara de frente y reconozcan la derrota, porque eso es lo que es, una infausta derrota.
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