Todos los bolivianos estuvimos esperanzados de escuchar el 1 de octubre pasado, un fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que permitirÃa un acceso soberano a las costas del PacÃfico, sin embargo ese dÃa que podÃa ser memorable pasó a convertirse en un dÃa de frustración, dolor tristeza, desazón, e impotencia al escuchar al presidente de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, Abdulqawi Ahmed Yusuf, que daba lectura al fallo, en la que establecÃa que Chile no contrajo la obligación de negociar un acceso soberano al PacÃfico, y por consiguiente rechazó el resto de los alegatos finales presentados por el Estado Plurinacional de Bolivia, De esta forma la corte, -por doce votos contra tres-, echaba a tierra todas las aspiraciones de los bolivianos que por más de 100 años lucharon pacÃficamente y jurÃdicamente en la recuperación del Mar que un dÃa fue de Bolivia.
En repetidas ocasiones Chile aseguró a Bolivia que no habÃa necesidad de denunciar el Tratado de 1904 porque contarÃa con su propio puerto en el PacÃfico e incluso persuadió a Bolivia para que le apoye en el plebiscito con el fin de obtener un resultado favorable para Chile respecto de Tacna y Arica. Bolivia apoyó a Chile en el plebiscito en la expectativa de conseguir un acceso soberano al mar.
El 3 de junio de 1929, Chile y Perú concertaron el Tratado de Lima, acuerdan que en lugar de realizar un plebiscito dividirán Tacna y Arica entre ellos. Chile estaba en posición de resolver la cuestión del acceso soberano al mar, pero en lugar de hacerlo concertó un protocolo suplementario secreto que reconoce que el acceso soberano de Bolivia aún quedaba sin solución.
Acordaron buscar fórmulas para resolver la falta de litoral que afecta a Bolivia. Esta declaración se publicó en una serie de tratados del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile. El 5 de diciembre de 1975, la OEA proclamó de forma unánime que la falta de acceso marÃtimo que afecta a Bolivia es un asunto de preocupación continental, a la que se deberÃa encontrar una solución y en 1975, una vez más Chile propuso a Bolivia la fórmula de 1895, una franja de territorio entre Chile y Perú, y un litoral de ocho kilómetros.
De ese año a 2013 continuaron las aparentes y falsas promesas e intenciones del paÃs Mapocho, hasta que cansados de tanta burla y malas intenciones se vio la necesidad de iniciar una demanda en contra de Chile a la CIJ En esta apretada sÃntesis de reuniones tratados y promesas se evidencia que Chile nunca quiso cumplir sus promesas, que jugó y abusó de la confianza y sinceridad de una nación noble, respetuosa y soberana como es Bolivia.
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