Las guerras son crueles, pero suelen dejar lugar al honor. En el Chaco, bolivianos y paraguayos se respetaban, pese a ser enemigos y matarse mutuamente, pero alrededor de la invasión chilena giraban otras cosas.
Chile no solo invadió Bolivia, sino que avanzó tanto que llegó a ocupar Lima. A su paso dejó una estela de saqueos e incendios. Poco antes de dejar territorio boliviano, incendió un pequeño pueblito que, desde entonces, se llama San Pedro de Quemes.
En 1904, cuando la humillación todavÃa hacÃa agachar las cabezas de peruanos y bolivianos, impuso un tratado de lÃmites con un rótulo sarcástico, "paz y amistad".
No tomaron en cuenta años ni daños y simplemente firmaron.
Ahora solo queda repetir la frase de Osho: "el mar es la morada de todo lo que hemos perdido, de todo lo que no hemos tenido, de los deseos frustrados, de los dolores, de las lágrimas que hemos derramado".
(*) Premio Nacional en Historia del Periodismo.
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