El expresidente Eduardo Rodríguez Veltzé, puesto como carne de cañón, ha tratado de explicar lo inexplicable respecto del fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, ante el resultado desfavorable a Bolivia -por 12 votos contra 3, que Chile «no está jurídicamente obligado a hacerlo (negociar la salida al mar con Bolivia), porque ninguno de los acuerdos o tratados firmados por ambos países a lo largo de los años así lo indica; tampoco lo indican otras resoluciones internacionales».
Con el riesgo de que me tilden de «chilenofilo», hay que reconocer que el tema de una salida al mar para Bolivia, como productivamente lo vinieron cacareando los dos recientes gobiernos mapochinos, el izquierdista de Michelle Bachelet y el derechista de Sebastián Piñera, no iba a tener modificación como resultado de la demanda en La Haya, a pesar del discurso y la parafernalia gubernamentales bolivianos.
Desde el presidente chileno hasta cualquier ciudadano de a pie repitieron siempre la misma idea fuerza de su política de Estado, que «Bolivia apela al tema del mar por razones de política interna o electoral», en efecto, el tema marítimo, entre tantos otros, fue manipulado por el General Banzer, Gonzalo Sánchez de Lozada.
Bolivia y Chile, antes de la invasión chilena, suscribieron dos tratados de límites, el primero de ellos en 1866 y el segundo en 1874 junto a un Protocolo Complementario de 1875, ambos ratificados en su oportunidad y canjeados legalmente en Santiago y La Paz.
Y recientemente, a pesar del imaginario popular que vino a creer que Bolivia recuperaría su arrebatado Departamento de Atacama, el Gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia demandó a Chile ante la CIJ en 2013 con el objeto de «desbloquear» el «tapón» geográfico ocasionado por la pérdida del Litoral boliviano, cedido definitivamente a Chile por el Tratado de Paz de 1904.
Esto lo podemos verificar en la historia de nuestra patria que tantas veces han fabricado y tergiversado los aduladores del poder, que falsifican la verdad por razones de interés personal y por ambición, y, por las confabulaciones anti Patria como el nefando golpe de estado de 1979 que se produjo tras el respaldo de la Asamblea de la Organización de Estados Americanos (OEA) reunida en la Paz, en favor de la demanda marítima de Bolivia, en su Resolución 426, que emanó del cónclave que reunió a 27 representantes de la región y que declaró la demanda marítima boliviana de «interés hemisférico permanente», con 25 votos a favor, ninguno en contra, salvo la abstención de Chile y Paraguay. La «Declaración de La Paz» señaló que a los «Estados a los que este problema concierne más inmediatamente, que inicien negociaciones encaminadas a dar a Bolivia una conexión territorial libre y soberana con el océano Pacífico».
La corrupción militar y civil siempre ha estado presente negativamente en momentos cruciales de la Patria, usando la fuerza en contra del más débil.
Una de las falacias, urdidas por políticos chilenos como Benjamín Vicuña Mackenna, y la masonería, y esparcidas en Bolivia desde los tiempos de la Guerra del Pacífico es que el General Hilarión Daza a la sazón presidente de Bolivia, se había desentendido de la invasión chilena a Antofagasta para no perjudicar el carnaval, sin embargo, hay que recordar que la invasión chilena ocurrió en martes de carnaval y que en ese momento no existía otro medio de comunicación más que la correspondencia escrita que tardaba semanas.
No todos los escritores de la historia de Chile empero, han utilizado la pluma para avalar la deshonestidad, los hay también muy honestos, así podemos citar entre varios otros al profesor Carlos Vicuña, quien a pesar de la manipulación y la presión de los poderosos grupos secretos, y de las maniobras de las historias oficiales chilenas, se puso al lado de la verdad: «Los hombres que representan el sentimiento profundo y permanente de la nación, buscarán necesariamente una salida al mar por el territorio de Chile, que tiene en su poder todo el antiguo litoral de Bolivia» (Cf.: Julio Londoño, Geopolítica de Suramérica).
El general Daza fue víctima de un complot puesto en acción por los verdaderos culpables del inicio y usufructo de la Guerra del Pacífico, los que finalmente se llevaron el botín. Nos hicieron creer que los traidores eran los héroes y los verdaderos patriotas traidores. Hay suficiente evidencia de dicho complot, en el que participaron prominentes chilenos y bolivianos, dirigidos desde las sombras por los señores de la guerra, los accionistas de la Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta. El asesinato del General Daza en Uyuni y lo que devino después son interrogantes aún por esclarecer.
Hay quienes entienden muy frecuentemente el patriotismo como una «fórmula en tiempos de guerra», o, como un «concepto sentimental», sin bases racionales, siendo visto, en ese caso, como una mera rivalidad y desechado por los hombres sensatos; o, como un artificio para explotar al pueblo, patriotismo tal que resulta ser así, el último refugio de los canallas.
«¿En qué medida, por ejemplo -se pregunta Mariano Baptista Gumucio- tuvo que ver la masonería con los distintos tratados internacionales que firmó nuestro país y particularmente con el de 1904 por el que aceptó la cesión a perpetuidad del litoral boliviano?», en efecto no es falacia el hecho de que la invasión chilena a las costas del Pacífico boliviano fueron urdidas en Londres. «Recién en 1930, los masones bolivianos lograron su independencia de los poderes masónicos de Chile» (Cuestión de masones, Aníbal Alarcón Caparroz, La Patria 4.XI.2012).
Hay que entrar a la verdad histórica de la Guerra del Pacífico, y enseñar en las aulas no slogans emotivos, sino historia. Hay que poner un freno al doble discurso, el método de la «operación tortuga», que consiste en dejar la misma palabra, pero cambiando su contenido.
Ahora el gobernante Movimiento al Socialismo que se dedique a gobernar para todos los bolivianos, no sólo para los movimientos sociales que lo idolatran, y, sobre todo, que deje de politizar y electorizar el tema del mar, implementando verdaderas políticas de estado, porque ciertamente no hay mejor juez que la historia.
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.