El acto suicida (Segunda Parte)

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El acto suicida, entendido como una ruptura con uno mismo y el entorno, tiene por finalidad la muerte, existiendo varias características que llevan a una persona a tener determinada conducta suicida. Sea ideación suicida, intento suicida o suicidio consumado, se tiene que observar el antecedente previo a este acto, pero sobre todo cómo es que su entorno inmediato (familiar, laboral, académico, social) acompaña en este proceso, más aún a sabiendas que este acto suicida podría repetirse e incluso consumarse.

Entonces es necesario preguntarse, ¿Cuál es la intervención o abordaje en personas que intentaron suicidarse? El acto suicida, al ser una temática compleja, nos lleva al análisis biopsicosocial de la persona que se encuentra en esta situación.

Intervención y abordaje en el acto suicida.

Muchas personas verbalizan sus pensamientos, refieren que quieren morir, que son un estorbo, que el mundo estará mejor sin su existencia, que nadie lo necesita, etc. Pero también se tiene que observar las conductas inconscientes y conscientes, por ejemplo, cruzar las calles de manera distraída, conducir cualquier movilidad a altas velocidades, descuido del hogar como no desenchufar objetos domésticos o dejar abierta la llave del gas, entre otras conductas. Para después intervenir de manera especializada y con métodos y técnicas que conllevan el proceso y atención del acto suicida.

La intervención en crisis, es un proceso para influir activamente en el funcionamiento psicológico durante un periodo de desequilibrio con el fin de aliviar el impacto inmediato de los eventos estresantes trastornadores y con el propósito de ayudar a reactivar las capacidades latentes y manifiestas, así como los recursos sociales, de las personas afectadas directamente por la crisis para afrontar de manera adaptativa los efectos del estrés.

También se debe tomar en cuenta en la persona que intenta suicidarse o que lo consuma, es el estado de vulnerabilidad, entendida como la posibilidad de ser herido o recibir alguna lesión física o moral.

El ser humano es vulnerable por naturaleza y serán diferentes factores que lo determinarán. Es decir, que una persona puede ser vulnerable a ciertas patologías como la depresión, otros a enfermedades psicosomáticas, siendo que muchas veces la vulnerabilidad es base de enfermedades mentales u otras psicopatologías, que por lo mismo pueden llevar a actos suicidas.

Ya en la intervención terapéutica, que tiende a ser un encuentro en profundidad, pretende cambiar al que consulta, la cura se produce no solo por lo que se dice, ni como se dice, sino por la misma relación en sí (terapeuta-cliente). Por lo mismo toda persona que busca ayuda se encuentra con la dinámica de desear cambiar y al mismo tiempo inclinada a permanecer con sus angustias y temores, ambos aspectos importantes en la psicoterapia, pues si no se produce el deseo de cambiar, no se pedirá ayuda, pero si no se diera la tendencia de permanecer atado a la angustia, no sería necesaria la psicoterapia.

Sea por iniciativa personal o derivación de un familiar, institución u otros, cuando nos referimos al acto suicida, es necesario la intervención de un profesional especializado sea psicólogo o psiquiatra, para la intervención multidisciplinaria en crisis y posterior proceso psicoterapéutico.