Los Secuestros Exprés en Bolivia

El "Secuestro Exprés" se puede definir como la retención de una o más personas por un período corto de tiempo, vale decir horas o unos pocos días, sin conocimiento de quien se secuestra, durante el cual, los delincuentes exigen dinero a los familiares de las víctimas para su liberación. Siendo una modalidad de secuestro extorsivo, buscan a sus víctimas en Unidades Educativas, estacionamientos de centros comerciales, personas que salen de un local, oficina o residencia.

Usualmente en nuestro país (Bolivia) piden como rescate entre 10.000 a 100.000 bolivianos como promedio; sin embargo, estadísticas demuestran que muchas de las liberaciones se logran pagando rescates de menor monto económico. Si bien no es un delito frecuente en los últimos años su índice de acontecimiento ha ido aumentando de manera considerable.

Otra modalidad de extorsión que frecuentemente se confunde con Secuestro Express, es aquella en la que los delincuentes retienen a la víctima y la someten a sacar su dinero de los cajeros automáticos. También le roban el vehículo y sus pertenencias de valor como las joyas y el teléfono celular, luego la dejan abandonada en algún sitio.

Además, se han presentado casos en que obligan a la víctima a ir no sólo a los cajeros automáticos sino también a cobrar cheques, o a ir a tiendas a comprar joyas o artículos de valor.

Vale la pena aclarar que para que exista la utilización apropiada de la palabra secuestro extorsivo, es necesario que los delincuentes exijan una suma de dinero por su liberación y exista negociación en ese proceso.

La segunda modalidad mencionada anteriormente no podría llamarse secuestro, ya que es literalmente un rapto con robo. Parece ser que esta nueva modalidad de secuestro se está presentando en nuestro país en respuesta al uso masivo de tarjetas de crédito en la población, ya que a los criminales hoy en día se les dificulta robar dinero en efectivo y con el secuestro Express encontraron una manera de lograr este dinero.

Para prevenir este delito y sus consecuencias, no queda más remedio que ser proactivo, empezar por protegerse uno mismo. Estar atento cuando salimos a la calle, especialmente cuando abordamos nuestro vehículo, cuando vamos a estacionar o llegar a nuestro domicilio. Estar pendiente si alguien nos sigue, más aún si estamos con nuestros hijos por la calle; no dar directa o indirectamente información de bienes, poder adquisitivo.