En atención al llamado del Presidente, un grupo de los "Ex" corrieron al palacio a tratar anticipadamente el tema post La Haya, aunque el refrán recuerda que "no por mucho madrugar, amanece más temprano". En una anterior ocasión, cuando también se necesitaba una foto para la propaganda, igual acudieron al llamado. Para varios ciudadanos que ejercieron altos cargos en la República, el remoto mar raya por encima de la dignidad personal.
Pese a que se nos ha hecho nostalgia crónica, no tenemos un camino trazado para volver al Pacífico. A más de un siglo, no existe eso que se llama Política de Estado. Se recurrió a La Haya en busca de diálogo, pero la gran oportunidad que se tuvo con Bachelet se perdió; se perdió por incapacidad diplomática. Hay una palabra que anula toda posibilidad, y es "soberanía". El vocero de la demanda marítima eludió la respuesta cuando un juez japonés le emplazó a definirla.
Somos como los caballos de la noria, dando vueltas y vueltas. Y puede pasar así otro siglo. Lo grave es que se utiliza el mar para crear una apariencia de unidad. Así fue y sigue siendo hoy. Un ministro acaba de decir que solamente con la continuidad del actual régimen será posible llegar al mar. Como éste que politizó de modo flagrante el tema del mar, otros también ya lo hicieron.
Es peligroso ser disidente. El miedo es sombra que persigue a toda hora. Por eso cobra una significación especial la actitud del expresidente Jaime Paz Zamora, quien tuvo el valor civil de expresar lo que razona. Como presidente era un fogoso orador; era el "gallo" mayor de los miristas. Pero ahora la realidad es otra. Por lo visto, él no quiere ser aliado de Evo, como esos opositores que se aprestan para serlo. Había anunciado que "pese a la aguda confrontación nacional, estaré presente". Y al cabo de dicha reunión, dijo: "Yo prefiero tener un país democrático y libre, aunque sea sin mar".
Hay valores y principios de vigencia permanente y universal; la actitud de respeto invariable a ellos apoya la seguridad y confianza en la palabra empeñada; la democracia no existe sin ellos. Estamos esperando que La Haya incline la balanza en favor de Bolivia, basándose en lo que Chile prometió tantas veces; pero aquí dentro se mira con desprecio ese mismo principio de lealtad a las promesas y compromisos asumidos. La conducta pública de algunos políticos suele ser ejemplar; de otros es mejor olvidarse.
En 1979 el Dr. Gustavo Fernández logró que la OEA emitiera una resolución apoyando la causa marítima de Bolivia. El resonante triunfo diplomático fue escamoteado sin embargo por un golpe de Estado. Pinochet y Banzer- por separado - tenían motivos para celebrarlo. Aquel "golpe demencial" de Todos Santos se realizó la madrugada del primero de noviembre, cuando las almas llegan del otro lado, y los cancilleres asistentes a la novena asamblea de la OEA tuvieron que salir de La Paz a la escapada.
(*) Ciudadano de la República
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