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Domingo 23 de septiembre de 2018

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Cultural El Duende

Armando Soriano

23 sep 2018

Armando Soriano Badani. Cochabamba, 1923. Académico de la Lengua, poeta, narrador y diplomático, con estudios en Filosofía, Letras y Derecho. Perteneció al grupo ´Gesta Bárbara´. Entre 1969 y 2005 ha publicado en poesía: Alba rota, Perfil del atardecer, Agonía de las viñas, Perennidad de los ensueños, La huella transparente, Rebelión de los anhelos, Caleidoscopio, Fuego incesante y Lumbre de invierno. En narrativa, la novela Escondida en mis sueños (2004) y en cuento: Rumbo a la fatalidad, Visiones de vida y Unos pasos por el cielo. Es antologador de El cuento boliviano, 1964-1969. Antología del cuento boliviano, El Illimani en la literatura y, Poesía boliviana. En ensayo es autor de Pintores bolivianos contemporáneos y Ensayos sobre cultura boliviana.

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Décimas de amor

Adormecida de bruma

urde la noche sombría

una doliente elegía

que la pesadumbre exhuma.

Flota como espesa espuma

su imagen en la distancia

y en espiral su fragancia

torna al punto de partida

como ensoñación vivida

con deleitosa sustancia.

Capta mi sien vigilante

latidos del pulso inquieto,

que denuncian el secreto

íntimo temblor quemante.

Intuyo su piel fragante

de quebrada ardiente poma

y en su sonrisa se asoma

un esbozo celestial

que algún artista genial

pintara en su leal idioma.

El arco de su cintura

curva tórrida que anhelo

es un recodo de cielo

invadido por su albura.

Su transparente figura

retrato de mi obsesión

presagia la sensación

de la cúspide del goce

que su ansiedad reconoce

en muda revelación

Palpita su piel de estío

en convulso logaritmo

animado por el ritmo

de improviso escalofrío.

Encuentro en el desvarío

el encanto de la miel

y en fragancia de clavel

llueven arpegios de besos

tremulantes embelesos

en la fragua de su piel.

En la penumbra su voz,

se quiebra con la cadencia

de incontenible secuencia

que incuba el ansia feroz.

Un paraíso veloz

anestesia el entusiasmo

y vaticina el espasmo

un adagio ternuroso

tras vivace voluptuoso

que llena el alma de pasmo.

Tibio temblor sensitivo

se transfigura en pasión

con la sangre en convulsión

que intuye halago fruitivo.

Fugaz pensamiento esquivo

anima el remordimiento

y como un deslumbramiento

que induce la persistencia

una feliz evidencia

invade a su sentimiento.

Como lánguido violín

tras el éxtasis se queda

su frágil cuerpo remeda

un desmayado jazmín.

Como encendido carmín

brilla el rubor de su faz

y se mitiga el salaz

impulso semiencubierto

que descaece ya muerto

en la esplendidez fugaz.

La golondrina de un beso

incendia la madrugada,

y la angustia abandonada

de un sentimiento confeso

deja el corazón impreso

de una radiante alegría

por la sublime ambrosía

de su cuerpo transparente

que cobija la simiente

con signos de profecía.

Su abrazo como un espliego

inunda de aroma el lecho

y voraz beso al acecho

marca su impronta de fuego,

precedente del sosiego

que calma la excitación

como una revelación

del deleitoso nirvana

que declina en la mañana

de una noche de pasión.

Su oscura piel sensitiva

de mi pasión cautiverio

me persigue con su imperio

que la intimidad aviva.

Una fiebre compulsiva

funde las ansias despiertas

y las caricias alertas

son dulce callado grito

en este pagano rito

de complacencias inciertas.

Para tus amigos: