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Viernes 21 de septiembre de 2018

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Perspectiva Minera

ENFOQUE

Extractivismo depredador

21 sep 2018

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El grandísimo problema de la extracción de nuestras materias primas, es una de las causas que frena nuestro desarrollo e impide el crecimiento por regiones, si se toma en cuenta los departamentos de los que se extraen nuestras riquezas naturales, especialmente las no renovables y por lo mismo, las más sensibles en materia de precios y costos de explotación

En realidad la situación que tiene que ver con la extracción de recursos no renovables y el perjuicio latente en la economía nacional se arrastra por siglos e increíblemente todavía no alcanzamos a definir la política que nos permita dar valor agregado a esas materias primas, de manera que su rendimiento económico compense las enormes pérdidas de haber sufrido un abierto saqueo de esas riquezas por años de años y seguir vendiendo minerales, solo como concentrados que tratados industrialmente en los países compradores les permiten ganancias adicionales y muy importantes que perdemos por falta de políticas prácticas para industrializar nuestros minerales.

Retroceder en el tiempo nos muestra la proporción de lo que perdimos y perdemos porque no hubo un gobierno que le dedique atención especial y efectiva a la solución del problema, que no es otra que consolidar la industrialización de nuestros minerales, convertirlos en metales y utilizar esa materia prima fundida para producir una variedad de productos que seguimos importando de la vecindad.

Desde la época del coloniaje la explotación de la plata fue inmisericorde, como luego en la era republicana, se llevaron plata, oro y estaño, este último el "metal del diablo" que es el único que se procesa en la fundición estatal y sale a los mercados externos con valor agregado, pero todavía no puede ser usado ni siquiera para producir soldadura que sería un primer derivado en su multiplicación industrial con sello nacional.

Pasados los tiempos del extractivismo sin control, ante el drama de que nuestras materias primas se vendan a precio de regalo a los importadores extranjeros, perdiendo importantes ingresos, surgió un proceso de reivindicación dirigido a pensar�así de simple, pensar, porque todavía se sigue esperando que se cumplan promesas de inversión para no seguir vendiendo solo metal en bruto sin opción a rescatar en el país los beneficios que se obtienen mediante la fundición de muchos derivados con significativo valor de exportación.

Poco ha cambiado, la extracción de minerales en yacimientos "tradicionales" corresponde al Estado, aunque en materia de volumen útil para exportación, la cuota parte de la minería privada resulta importante no precisamente en la culminación del proceso industrial que permita exportar metales con valor agregado, alternativa que podría funcionar si se dispondrían de las medidas apropiadas para incentivar y atraer inversiones que bajo seguridades jurídicas, nos permitan diversificar la transformación industrial de nuestra riqueza mineral.

Hay necesidad de tener una efectiva política minero metalúrgica, respaldada por una Ley reglamentada y una empresa estatal reestructurada profesionalmente, no "refundada caprichosamente".

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