Alckmin alerta a Brasil frente a los "populismos de izquierda o de derecha"

El socialdemócrata Geraldo Alckmin, que aspira a la Presidencia de Brasil, afirmó hoy (ayer) que el país "no puede" optar entre "populismos de izquierda o de derecha" y que sólo el "equilibrio" y la "moderación" recuperarán la economía nacional.

Pese a que todas las encuestas lo sitúan en cuarto lugar, Alckmin garantizó en una rueda de prensa con corresponsales extranjeros que estará en la segunda vuelta que, deberá convocarse si en la primera, el próximo 7 de octubre, ninguno de los candidatos supera el 50 % de los votos.

El socialdemócrata arremetió sobre todo contra el ultraderechista Jair Bolsonaro, que lidera todas las encuestas, y el socialista Fernando Haddad, que crece entre el electorado desde que sustituyó como candidato del Partido de los Trabajadores (PT) a Luiz Inácio Lula da Silva, preso por corrupción y vetado por la justicia.

Un sondeo difundido hoy (ayer) por la firma MDA mostró al abanderado del Partido de la Social Democracia (PSDB) en cuarto lugar con un 6,1 %, por detrás de Bolsonaro (28,2 %), Haddad (17,6 %) y el laborista Ciro Gomes (10,8 %).

Pero la encuesta también dice que Alckmin perdió terreno en los últimos meses y sus proyecciones lo sitúan lejos de la segunda vuelta, que sería realizada el 28 de octubre.

"Una encuesta es el retrato del momento", sostuvo el abanderado socialdemócrata, quien aseguró que "la definición del voto" se dará solamente "al final" de la campaña y que, por eso mismo, no alterará en "nada" la "estrategia electoral" que ha mantenido hasta ahora.

"No estamos con los votos definidos" y "el proceso está abierto todavía", declaró Alckmin, quien insistió en que los electores "comprenderán" que Bolsonaro y Haddad encarnan "radicalismos de derecha o de izquierda" que "no le sirven a un país".

Según Alckmin, el PSDB, que ya gobernó entre 1995 y 2002 con Fernando Henrique Cardoso, ofrece el "equilibro" y la "moderación" necesarios para el actual momento y que ya Brasil "conoció" cuando estuvo en el poder.

También ofreció su experiencia de doce años como gobernador de Sao Paulo, el estado más rico e industrializado de Brasil, de la cual afirmó que puede estar "al servicio del país" para acabar con el déficit fiscal crónico, que limita la inversión pública en las áreas más esenciales.

"Brasil sólo va a cambiar con las reformas necesarias", indicó el candidato, quien precisó que es necesario reducir el gasto público, endurecer el acceso a las jubilaciones y pensiones y modernizar la estructura tributaria, todo lo cual "atraerá inversión extranjera" y permitirá sanear el déficit fiscal.

En ese sentido, aseguró que la crisis impone "prisa" y declaró que, en caso de ganar las elecciones, actuará "rápido" para que las reformas necesarias sean implantadas en los primeros meses de su eventual gestión, pues "el ajuste no puede ser gradual".

También abogó por una mayor inserción de Brasil en los mercados internacionales mediante acuerdos comerciales que expandan los horizontes para la producción nacional, con una posición "firme frente al proteccionismo" y una "agenda que permita mejorar la competitividad" de la industria.

Asimismo, en el plano externo, sostuvo que Brasil debe continuar apoyando los esfuerzos de la comunidad internacional para "permitir el regreso de la democracia a Venezuela", pero "siempre" mediante el "diálogo y la diplomacia" y con un firme rechazo a "toda hipótesis de una intervención militar".

Fuente: Por: Eduardo Davis Brasilia, 17 (EFE)