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Domingo 16 de septiembre de 2018

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Revista Dominical

La conservación del patrimonio arquitectónico, una responsabilidad social

16 sep 2018

Por: Javier G. Vargas Choque - Arquitecto

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El Patrimonio Arquitectónico forma parte del Patrimonio Material Inmueble y está constituido, tanto por aquellos edificios monumentales y singulares, como por aquellos modestos y sencillos que dan identidad a los barrios y a la ciudad, pues son parte indisoluble del origen y la memoria física cultural de Oruro.

La recuperación y conservación de las técnicas y materiales tradicionales que forman parte del acervo cultural único y específico de cada pueblo es una responsabilidad que debe ser asumida por sus habitantes y por lo tanto se los debe estudiar y proteger. En el caso de Oruro, estos materiales y técnicas aún perduran y son fieles testigos del modo de vida, condiciones sociales y económicas de los auténticos propietarios, reflejando los saberes de los constructores y el arte en el manejo de los recursos que tenían a su alcance. Actualmente la demolición de los edificios patrimoniales (muros, entrepisos, cubiertas, etc.), o la eliminación de elementos originales como ser las carpinterías, pisos, revestimientos, etc. ponen en peligro la autenticidad y originalidad de los edificios, perdiendo su verdadera esencia. Es pues a través de la conservación de los materiales y técnicas empleadas en cada edificio que se puede detectar diferentes datos como ser la fecha aproximada de su construcción, por lo tanto, el alterar o eliminar estas características obstaculiza este original conocimiento, llegando a ser un acto egoísta el no lograr heredar este patrimonio a futuras generaciones.

De la misma manera que se heredan bienes materiales y tradiciones familiares, se recibe también el legado de la cultura que caracteriza a la sociedad donde crecemos y desarrollamos, estas expresiones distintivas que se tienen en común como la lengua, la religión, las costumbres, los valores, la creatividad, la historia, la arquitectura, la danza o la música, son manifestaciones culturales que permiten identificarnos entre nosotros y sentir que somos parte de una comunidad determinada y no de otra, esta herencia colectiva es el patrimonio cultural. Si bien el disfrutar de la cultura es un derecho, no es menos cierto que implica un deber, todos estamos comprometidos con la herencia cultural de nuestros mayores, la misma que debemos de salvaguardar para que alcance a nuestros descendientes, garantizando de esta manera su derecho a disfrutar de la misma.

Es importante establecer los lineamientos y programas mediante un Plan Maestro, de tal manera de proteger los inmuebles patrimoniales, mejorando las condiciones de habitabilidad y superando visiones historicistas o monumentales sobre qué es patrimonio. Ya no hay duda, de que la estrategia de salvaguardar los inmuebles patrimoniales destinados a vivienda, apoyando a las familias a permanecer en su hogar, es un elemento indispensable para conservar una ciudad patrimonial, no solamente desde el punto de vista material, sino sobre todo por el intangible que representan los vecinos que por generaciones han habitado en estos inmuebles y paseado por sus calles.

Estamos viviendo un proceso de destrucción del patrimonio exageradamente fuerte en nuestra Ciudad que se expresa de diferentes maneras, una de ellas es la sobresaturación de los servicios (financieros, administrativos, comerciales, educativos y religiosos) y éste es, en mi criterio, el problema mayúsculo que tiene la ciudad. Concentración desordenada de actividades que ha llevado a los dueños de edificaciones patrimoniales a alquilar las mismas para diferentes actividades, lo que genera la distorsión total de ambientes interiores, fraccionamientos que por decisión de nuevos habitantes intervienen sin criterio profesional, secciones de fachadas y sub divisiones de ambientes, sin tomar en cuenta que están devastando el valor histórico de la edificación en general y por lo tanto la historia de Oruro.

"Demoler edificios patrimoniales cuando estos han sido parte del espíritu de la ciudad es un crimen de lesa urbanidad, es tan grave como talar un árbol que ha dado paz y sombra a muchas generaciones".

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