La situación económica reinante en el vecino paÃs de Argentina, hace prever una serie de consecuencias que afectarán al sistema productivo nacional, por lo que se hace necesaria la adopción de medidas proteccionistas a varios rubros de las actividades nacionales que ya están siendo afectadas por una obligada recesión en los volúmenes de producción y en las ventas directas y las programadas para la exportación.
Una serie de productos del sector agrÃcola nacional, como bananos, palmitos, piñas y otros han disminuido ostensiblemente sus exportaciones al vecino paÃs, lo que significa una abrupta caÃda en los planes productivos nacionales que complican seriamente los agronegocios nacionales.
En la lÃnea de ventas nacionales a la Argentina, toma un lugar de preferente atención la exportación de gas boliviano que está sufriendo cambios sustanciales en función a compromisos vigentes, pero con una clara decisión argentina de disminuir el volumen de las operaciones, habiendo paralizado la habilitación de un gasoducto en construcción hacia Bolivia, ante la alternativa de proveerse de una fuente propia en la zona de "Vaca Muerta". Ese es otro detalle que obliga a nuestro paÃs a adoptar polÃticas de protección en materia productiva.
Algunos expertos en materia productiva agroindustrial, recuerdan que años atrás se intensificó un proyecto agrario de abierta competencia en la producción de alimentos y su comercialización a paÃses vecinos, incluyendo con ventaja la provisión variada de productos a la Argentina, justamente cuando confrontaba otro periodo de cambios en su sistema financiero.
Un hecho favorable en parte de la polÃtica nacional constituye sin lugar a dudas la vigencia de la Reforma Agraria que modificó la estructura de la propiedad de la tierra y se suponÃa de la producción agraria, dando prioridad a los medianos y pequeños agricultores, especialmente asentados en valle y altiplano, mientras que se abrieron mejores perspectivas en la zona oriental, en la que se incentivo la industrialización agraria.
En el tiempo presente, se ha revelado que un alto porcentaje de la comunidad agraria ha optado por migrar a las ciudades, ante la falta de incentivos para mejorar cultivos y ampliar el negocio agrario, de ahà que se menciona tan sólo como sectores de orden productivo importante, el caso de la quinua y el ajo en la zona occidental y con ciertas limitaciones, la agricultura industrial de la soya, azúcar y arroz en el sector oriental.
Dadas las actuales condiciones, representantes de los sectores productivos agrarios del paÃs, han planteado al Gobierno la adopción de polÃticas de emergencia para levantar y fomentar con incentivos especiales la actividad agroganadera a nivel nacional, como una forma de generar el retorno a las comunidades de los agricultores y ganaderos, además de ampliar cultivos y producción de alimentos para el consumo nacional, disminuyendo el negocio del presente de abastecer mercados con productos procedentes de Argentina y Perú.
Hay que revitalizar la importancia de las regiones rurales, pero desarrollando proyectos de ampliación de servicios sociales, casos de salud, educación, sistemas viales, electrificación y asumiendo que un levante de la producción agroganadera merecerá dotación de financiamientos apropiados que faciliten mecanización agraria, que llegue a la industrialización del sector. Un reto obligado de proteger la producción nacional.
Fuente: LA PATRIA
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