Un paseo por la ciudad dormida

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Una madrugada entrada septiembre, invita a tener paz paseando por las calles desoladas de lo que fue antiguamente la Villa de San Felipe de Austria, hoy Oruro. Recorriendo cada una de sus vías, principalmente las que están en el centro de la urbe, permite que la imaginación se apodere de la mente, retrotrayendo episodios únicos de historia.

Preguntándose, como por ejemplo, cómo habrá sido aquel 1 de Noviembre de 1606, cuando se fundó la Villa por don Manuel de Castro Castillo y Padilla. Hoy estamos parados en ese sitio, donde solo acompaña el frío y algo de brisa que hiela el alma. Lo olvidaba, era la calle Presidente Montes, casi Bolívar donde ocurrió aquel significativo hecho.

En ese breve paseo de algo más de una hora, llega a nuestros oídos ese bullicio carnavalero, con bandas de música a doquier, gritos, aplausos y algarabía a flor de piel, cuando los miles de danzarines pasan felices con el objetivo de llegar hasta los pies de la Virgen del Socavón, es la Bolívar en ese momento que se convierte en escenario principal.

Y así vamos recordando en la mente, esos momentos inolvidables o celebrando junto a esos edificios el desarrollo de una ciudad, con futuro incierto. Ahí está de testigo mudo el teatro Palais Concert, con más de 100 años de vida.

No olvidarnos cómo se veía la 6 de Octubre en la antigüedad, cuando fue el centro de los recorridos militares, la llegada de Belzu y otros presidentes que tuvieron en Oruro, como centro de atención y convirtiéndola por días en la Capital Política de Bolivia.

Quisiera seguir narrando esas epopeyas de la historia viva de nuestra querida tierra, pero es hora de dormir, despertar más tarde y seguir forjando el camino de esta Patria chica que merece mejor suerte.