Jueves 13 de septiembre de 2018
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Editorial y opiniones
La Ley de Organizaciones PolÃticas cierra participación ciudadana en polÃtica
13 sep 2018
Eduardo Campos Velasco
Si hay algún déficit en la democracia boliviana, que tiene 36 años de haber sido recuperada, son las organizaciones polÃticas, los partidos. Esta deficiencia es histórica, las organizaciones polÃticas no fueron (y no son) instituciones en las que se generen de manera sistemática y efectiva, ideas y liderazgos, que contribuyan a transformar la realidad. Sus prácticas son poco democráticas y la participación de su militancia y la ciudadanÃa en la toma de decisiones, casi siempre es reducida o nula. Todas o casi todas las organizaciones polÃticas, corresponden a otras coyunturas, extremo que se evidencia hasta en sus propios nombres y ni qué decir de sus idearios y doctrinas; gran parte se denominan movimientos, muchos son nacionalistas y/o revolucionarios, nomenclatura que corresponde a los tiempos de la guerra frÃa, mucho antes de la caÃda de muro de BerlÃn. Es evidente que las nuevas generaciones ya no "beben" de esas aguas y hacen falta nuevas organizaciones polÃticas que expresen los intereses e inquietudes de la sociedad actual.
La LOP (aprobada y promulgada con mucho apuro) tenÃa la obligación de resolver esta situación, acercando a los ciudadanos a la polÃtica, pero ha acabado haciendo todo lo contrario. No contempla un periodo de tiempo, más o menos extendido de 6 meses a un año, para la reinscripción y ampliación de la base de militantes de los partidos; por eso el proyecto original hablaba de progresividad; de igual manera, no se facilita un periodo de tiempo (que pudo ser el mismo) para que los ciudadanos que no opten por registrarse a los partidos existentes, tengan la posibilidad por formar nuevos partidos.