¿Cuántos empresarios podrán vencer sus dificultades?
12 sep 2018
Armando Mariaca V.
La situación por la que atraviesa el empresariado privado es preocupante debido a los incrementos salariales, las presiones tributarias y el posible o casi seguro pago del "segundo aguinaldo" que dispondrá el Gobierno tan solo por razones electorales. Se dice que, "así como se cumplió el anterior desafío de pagar el segundo aguinaldo, esta vez será más fácil dadas las experiencias dejadas"; pero, surge la pregunta: ¿cuántos han cumplido con la disposición y cuántos empleados y obreros han aceptado solamente el pago de una parte porque han comprendido la situación de la empresa? Lamentablemente, no hay estadísticas que registren lo que haya ocurrido.
Esta vez el problema tiene matices diferentes porque los empresarios - especialmente los medianos y pequeños - pasan por dificultades mayúsculas con las presiones tributarias, los incrementos salariales y la angustia de buscar dinero para un posible pago extra a fin de año como sería el doble aguinaldo. Esta es verdad que nadie puede desconocer pero que las autoridades parece que no comprenden y menos se animan a disponer que se obre conforme a las posibilidades, pagando el aguinaldo de siempre: solamente uno.
Es evidente que habrá alguna empresa llamada grande que podrá capitalizarse para el pago extraordinario; pero, sentaría un proceso de discriminación y crearía controversias y dificultades entre las empresas y los trabajadores; sentarían un grave precedente para el futuro. Lo grave de esta situación es que el doble pago creará serias falencias financieras a las empresas porque buena parte de ellas tendrán que contraer deudas bancarias o de otras fuentes que demandarán el pago de intereses que, además, agrava mucho más la situación empresarial y, en casos, le resta posibilidades de recuperación y crecimiento.
Nadie pretende que quienes prestan servicios sea en el sector público o privado, no perciban mejores ingresos; pero, en todo caso, todo ello tiene que ser en base a las reales posibilidades: el gobierno ya no está con el auge financiero de hace años y tiene que recurrir a nuevos préstamos o derivar de partidas del presupuesto nacional para el pago del doble aguinaldo; el sector privado no tiene a quien recurrir y tiene que hacerlo con sus propios recursos sacrificando muchas veces posibles inversiones y, en casos, contrayendo préstamos. Lo más grave es que una mayoría de la población no tiene acceso al doble aguinaldo y ello crea una discriminación que no debería, teniendo en cuenta muy especialmente que hay sectores que no cuentan ni con sueldos ni con el beneficio de una jubilación; hay personas que viven en extrema pobreza y muchos en pobreza que se hace crónica; todos estos no cuentan con ingresos extraordinarios que alivien su grave situación. Lamentablemente, no hay consideración alguna y la disposición extraordinaria debe cumplirse porque así se dispone.
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