"Debo sentir y reflejar que mi obra lleva mi esencia"

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El constante cambio y la evolución del arte como herramienta de expresión, ha ido plasmando nuevos cánones desde el inicio de la humanidad según los medios y el contexto en que se encuentre. El arte reivindica, te nutre y te reestablece como ser vivo.

Verónica Laura Vargas (nombre real), vive en Oruro, nacida el 4 de abril de 1991, criada por su abuela en los campos de Oruro donde se rodeaba de paja, de tierra, de ríos, elementos que han sido el escape perfecto para construir poesía en un inicio y también llenar con arte los vacíos que en su vida existieron.

"Nunca pensé ingresar a Bellas Artes, me inscribí sin consultar y es así que el 2015 decido hacer mi primera exposición individual con mucho éxito, entonces eso me llevó a exponer de un lugar a otro. Antes pintaba caballos y aves porque era reflejo de mi libertad. Ya después me meto a la cabeza que un cuadro es una metáfora y una poesía." Nos cuenta Verónica.

Su trabajo me recuerda a una película de sueño adolescente, por su dinamismo, por siempre conseguir el ideal, innovando, llamando la atención del visitante, centrándose en sus experiencias personales, pero al mismo tiempo haciendo oír la voz propia de su obra.

Más allá de la capacidad de acaparar la atención del público por su peculiaridad, María Verónica de los Ángeles del Campo Grande (Verónica Laura) pone como parte de su prioridad en el arte, las instalaciones artísticas, obras que poseen una cualidad que le agregan un valor distintivo: su capacidad de interacción.

"Las instalaciones son lo que más me gusta, donde más viva me siento, hacer arte con objetos comunes y no comunes es totalmente diferente. La primera que hice fue en el Salón ´Simón I. Patiño´, colgué alrededor de 1.800 llaves y en el suelo un corazón con 3.000 botones y una muñeca usada que compré, la usé a esa muñeca porque me sentí identificada, siempre me he sentido diferente. La siguiente instalación que hice fue un maniquí con vientre abierto, espinas, rosas, púas, obra que se fue al Ecuador. Una tercera instalación hice con la ecografía de mi niño con aves y golondrinas. Y la última fue en Cusco, una niña con espejos rotos en el rostro, en homenaje a las mujeres que sufren de feminicidio, esa obra iba acompañada de una poesía mía", nos detalla Verónica.

Se exhiben por un tiempo predeterminado y se pueden presentar en cualquier espacio. Usualmente se sacan los objetos del contexto y se los sitúa en otro para darle utilización estética, usando los más variados materiales, medios físicos, visuales o sonoros, incluso en muchas ocasiones intervienen otras disciplinas artísticas como la poesía, fotografía, el videoarte o el performance. Así son las Instalaciones artísticas.

Verónica las prepara en 2 días, pero las piensa mucho antes. Ahora tiene en mente 3 instalaciones más que serán estrenadas en noviembre para que el espectador sea parte de ellas y así cobren total sentido.

Tiene también autorretratos que reflejan su vida, como la pintora cargada de su wawita, mujer boliviana que lleva en su aguayo a su hijito Edwin Salvattore, es que es como ella dice "el arte y yo somos complemento, hecho de uno al otro".

Su misión va reflejada en la obra "vivir la vida como actúas como persona, mañana no podemos existir y pensar en irme de esta vida sin hacer lo que me gusta, no es vivir, debo sentir y reflejar que mi obra lleva mi esencia". Así es Verónica de los Ángeles del Campo Grande, porque ese es el seudónimo que la identifica, mujer emprendedora, apasionada por la vida, guerrera del arte y llamada hoy el artista de la semana.

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