Aunque no se dio la trascendencia que debió tener una reunión bilateral entre delegados de Chile con similares bolivianos, precisamente en estos días y en la ciudad de La Paz, se conoció una decisión del Gobierno de La Moneda, cancelando esa opción y señalando que "creemos que no está dado el clima y el ambiente (político) para tener una reunión productiva", en referencia a la "reunión de fronteras" que se tenía programada para intercambiar temas de mutuo interés.
Por lo que se observa al analizar un escueto informe chileno, es que "molestó mucho a la diplomacia trasandina la presentación boliviana de una contrademanda en La Haya sobre el tema del Silala". Sobre la situación, el ministro de justicia en Bolivia, señaló que las autoridades de Chile deben entender que "una demanda internacional no es un acto inamistoso" sino el uso del derecho internacional que tiene una nación, en busca de una solución pacífica de controversias.
Con la decisión oficial de la cancillería de Chile de no asistir a la reunión, según la autoridad boliviana "Chile marca un quiebre final" de la diplomacia chilena, una situación que profundiza la brecha existente en las relaciones de ambos países, en el criterio de analistas y observadores de la situación.
Lo evidente es que Bolivia en uso de su derecho internacional, planteó una contrademanda en el proceso que presentó Chile sobre el uso de las aguas del Silala, se trata asimismo de la denominada contramemoria que de manera obligada debía presentar en plazo fijo la representación jurídico legal boliviana, algo que no debería causar ninguna molestia en igual representación de Chile.
A propósito de la contrademanda boliviana, la experta en recursos hídricos del Silala, la investigadora Ofelia Michel puntualiza que la "demanda reconvencional" que presentó nuestro gobierno ante la Corte de La Haya en el tema del Silala tiene "aspectos confusos" porque debía exigirse el resarcimiento de daños económicos por uso arbitrario de esos recursos a la Empresa Antofagasta Railway Company que fue la que usufrutuó las aguas bolivianas por más de 100 años. Es importante además que debiera denunciarse como grave irregularidad el ingreso del país vecino a territorio boliviano para construir los ductos que desviaron a su territorio las aguas del manantial, sin haber compensado en absoluto ese uso ilegal.
Existe un documento concreto de junio de 1908, en el que la británica Antofagasta - Bolivia Railway Company Limited, solicitó a la prefectura de Potosí la concesión del uso de las aguas del Silala para abastecer las locomotoras que funcionaban en el tramo de Antofagasta hacia Oruro. La compañía ferroviaria utilizó ese recurso hasta 1961, cuando renovó su equipo de tracción a vapor por otro a petróleo, sin embargo las aguas del Silala siguieron siendo utilizadas por diversas empresas del norte de Chile, como la Corporación del Cobre y otras industriales, sanitarias y hasta domiciliarias, hecho comprobado hasta el presente cuando se las sigue usando para diversos fines.
En todo caso el asunto está muy claro y Chile expresó su molestia abiertamente, suspendiendo el viaje de sus delegados a una reunión de límites que estaba programada entre 5 y 6 de este mes en la Sede de Gobierno. Para el ministro de Justicia del país, esa situación significaría "un quiebre" de la diplomacia chilena, algo que complicará las futuras negociaciones post fallo de la CIJ de La Haya.
Fuente: LA PATRIA
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