La carta de Jamaica de Bolívar

Necesaria, para una comprensión integral del origen de nuestra identidad, es la lectura sin apriscos de la Carta de Jamaica escrita por Simón Bolívar, que debería ser un tema analítico de debate desde la educación secundaria.

El precitado documento histórico, plasmado por un Bolívar exultante, vigoroso y en la plenitud de la efervescencia de sus sueños libertadores para el continente americano; es un escrito valioso por la capacidad de análisis del autor que forja una descripción meticulosa y concisa de la situación del continente, en sus elementos orientadores de cada región que esbozaba características disímiles, además Bolívar hace alarde de sus conocimientos de ciencia política prescribiendo el tipo de gobierno más apto para cada región.

Bolívar fue directo, exento de eufemismos y señaló sin ambages a España como el enemigo principal y no escatima otros calificativos para denotar a España como "la madrastra cruel".

Se equivocó Bolívar, involuntariamente, en su pretensión para que sus propios designios libertadores fueran apoyados por las naciones más cultas de Europa. Es llamativo, pero no extraña, la conducta de Inglaterra que, fiel a su política bajo el aforismo "divide y vencerás", naturalmente como una metáfora que la aplicaba concienzudamente (recuerdo al lector que Inglaterra, más tarde, fue el principal incitador a la invasión de las costas bolivianas por Chile), para no apartarse de su esencia de país guerrero, discriminador y usurpador. Los ingleses no apoyaron a Bolívar debido a que percibieron que una integración continental constituiría un turgente peligro.

Excesiva veneración con cierta sumisión, rindieron tanto Miranda como Bolívar a las potencias de entonces: Italia, Francia, Inglaterra, España y los EE.UU., para, al final, con la inamovible negativa de apoyo, decantar en la decepción.

Bolívar acumuló asertos irrefutables cuando afirmó "que los americanos habían subido súbitamente y sin los conocimientos previos, y lo que es más sensible, sin la práctica de los negocios públicos, a representar en la escena administrativa y en el mundo". Hoy vemos en Bolivia, con la inclusión y el gobierno que representa a la mayoría del país, una reverberación de tal aseveración y fenómeno, simultáneamente con la despiadada e inconsecuente intolerancia de la oposición, que no comprende que, cuando los oprimidos olvidados y discriminados desde la fundación de la República y aún antes de este hecho constitutivo, asumen con inexpugnable y legítimo derecho concedido por las urnas, la conducción del gobierno. Se inicia un proceso de aprendizaje de la administración del Estado y todo proceso requiere tiempo, como su valoración semántica y técnica lo aclaran. Pese a esa significativa desventaja, ello no obsta para comprobar que gobiernan mejor que los liberales y neoliberales.

Perversamente las redes sociales utilizan partes de los discursos de Bolívar para sus propósitos contrarios a una posible postulación del actual presidente: "el presidente de Bolivia será el menos peligroso que el de Haití, siendo el modo de sucesión más seguro para el bien del Estado" (Discurso de Bolivia a los constituyentes de Bolivia 1.826), pero estas redes sociales no asumen el cauto cuidado de leer toda la idea de Bolívar y omiten que el mismo Bolívar afirmó "denme un punto y para Bolivia este punto es el presidente vitalicio, en el que estriba todo el orden; se le ha cortado la cabeza para que nadie tema sus intenciones y se le han ligado las manos para que a nadie, dañe", "nada es tan peligroso con respecto al pueblo como la debilidad del Ejecutivo"(Discurso al Congreso Constituyente de Bolivia de Simón Bolívar, 1826).

(*) Abogado, posgrados en Interculturalidad y Educación Superior, Arbitraje y Conciliación, Filosofía y Ciencia Política (maest), Derecho Aeronáutico, Doctor honoris causa (IWA-Cambridge University, USA), escritor.