Lunes 03 de septiembre de 2018
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Preocupa sobremanera la criminalidad contra el ser más importante de la creación: la mujer. La criminalidad se puede concebir como el volumen total de infracciones a la ley penal cometidas en un área geográfica, en este caso la correspondiente a Bolivia, por un grupo de la población o por una persona determinada; también puede designarse como coeficiente de criminalidad.
La criminalidad puede ser endógena usada por los criminalistas de Europa para designar el tipo de delincuencia etiológicamente (etiologÃa es el estudio de las causas o factores de la delincuencia), determinada fundamentalmente por factores hereditarios y constitucionales, tanto fÃsicos como mentales; la exógena es la criminalidad que los europeos emplean para aludir a un tipo de delincuencia cuya etiologÃa se basa en factores de situación.
También se registra la clasificación de criminalidad femenina, empero, hoy ya no se cree que el sexo deba influir sobre la imputabilidad. La criminalidad femenina es de volumen considerablemente menor que la de los hombres y muestra tendencias preferentes a ciertos delitos como falsedades, abortos, infanticidios, injuria, calumnia, hurtos), y hacia especiales formas de delinquir como el envenenamiento, ejemplificando el agua tofana con contenido de arsénico que las mujeres de la edad media compraban para liberarse del machismo, deslealtad y de las agresiones violentas y uxoricidios cometidos por sus maridos.
