Desaliento a la inversión privada

Una serie de datos importantes analizados por el economista Rolando Kempff Bacigalupo, confirma que el clima de inversiones en Bolivia afecta al sector empresarial privado nacional y extranjero, al existir problemas de seguridad jurídica, economía informal, regulaciones laborales, aumento de salarios y tasas impositivas inapropiadas (impuestos), aspectos que también los remarca el Banco Mundial (BM).

Más del 60 % de la economía nacional es informal. La presión tributaria en el país alcanza cerca del 34 % respecto al PIB, convirtiéndose en la segunda más alta de América Latina y el Caribe. Esos y otros factores son los principales obstáculos para el desempeño productivo del empresariado privado boliviano, según el analista.

En la retrospección de los hechos, "el sector informal se originó precisamente por los elevados costos de la formalidad, que promueve inequidades entre los que deben cumplir con todas las normas legales vigentes y aquellos que las evaden sin mayor problema". Este es un factor que lo hemos mencionado repetidamente que tal parece no es tomado en cuenta, en su justa dimensión, para eliminar el gran problema que desde hace bastante tiempo altera la actividad productiva la misma que además soporta una competencia abierta por la vigencia del contrabando, un mal que no tiene remedio, pese a los esfuerzos por erradicarlo.

La economía informal se impuso paulatinamente en la década de los años 80, como una forma de solución a la crisis económica de entonces, incluyendo el grave proceso de la hiperinflación que obligó a medidas heroicas y radicales para conjurar la debacle económica de ese periodo. En tales circunstancias se observó que la "estrategia natural" para sobrevivir a la situación del desempleo, era la permisibilidad de un sistema que convirtió a muchos trabajadores en pequeños comerciantes independientes con lo que salieron adelante en la manera de cubrir gastos de alimentación y servicios. Se esperaba que pasada la emergencia, las cosas serían restituidas a su cauce regular, empero el modelo se acrecentó y la informalidad se convirtió en una forma de hacer frente al desempleo que todavía tiene alto índice en el país.

El resultado de todo ese proceso tiene efecto en la actualidad, sumándose a esa alteración del sistema productivo una serie de políticas gubernamentales poco racionales, caso de aumentos salariales, el doble aguinaldo, presión tributaria y cierta condescendencia con hechos irregulares como el contrabando y la importación de ropa que compite en precios con la nacional, ocasionando el cierre de pequeñas y medianas industrias.

El panorama es muy claro, lo confirman una serie de análisis, el desaliento a la inversión privada es algo que debería cambiar, para defender la productividad legal, frente a la informalidad y la abierta evasión impositiva de conglomerados que operan al margen de las disposiciones legales.