En el sentir colectivo de la ciudadanía existe el criterio de que las libertades tienen, como expresión de su importancia y vigencia, la libre expresión de los pueblos. Esto querría decir que pueblo sin libertad de expresión y prensa, prácticamente no puede sentirse libre e independiente. Muchas veces en la historia de los países del Cuarto y Tercer Mundo, surgió la creencia de que "el periodismo es contraproducente porque ´se mete´ donde no debe y pretende, además, dirigir a gobiernos y pueblos".
Esa falsa apreciación de quienes querrían verse libres de los periodistas y de los medios, no condice con lo que son las libertades y, especialmente, lo que significa la libertad de expresión no solamente para periodistas y medios de comunicación sino para la colectividad en general, porque el ser humano, desde el mismo momento en que llega al mundo llora y grita como anunciando que vive, tiene derecho a gozar de la libertad de expresarse como quiera, cuando pueda y por los medios que corresponda, con la única salvedad de que esas manifestaciones o expresiones tienen que estar reguladas por la verdad y la responsabilidad.
En estos tiempos se acrecentó - al estilo comunista de Cuba - la violación a los derechos de la prensa y de los periodistas tanto en Venezuela como en Nicaragua, ambos países gobernados por tiranos como son Maduro y Ortega que sojuzgan a sus pueblos y que, para ellos, los medios y periodistas son obstáculos "que es preciso suprimir". Estos criterios han sido característica de quienes han buscado imponer su voluntad y someter a sus países sin consideración alguna por los derechos humanos y por la vida de la población; para ellos, la libertad y la justicia son ´males´ perjudiciales a su voluntad tiránica y dictatorial porque cuentan con la fuerza de militares y policías que son la parte dura y fuerte de esos regímenes.
Muchas veces, como ha ocurrido en tiempos pasados, la libertad de prensa y la vigencia de la justicia, han sido obstáculos para que algunos gobiernos se sientan "perjudicados y sometidos a la voluntad de la prensa y de pueblos que han buscado la vigencia de la justicia y la libertad". Para ellos, ambos grandes bienes de la humanidad, han sido contrarios a sus intereses y conveniencias y no han aceptado que prensa, periodistas y tribunales de justicia tengan vigencia.
Hoy, en Bolivia, nadie podría asegurar la vigencia plena de la libertad de expresión y prensa que se encuentra restringida y atemorizada o sujeta a límites impuestos por diversos medios como es el caso de la aplicación de sistemas tributarios o limitación de otras libertades ajenas a los derechos humanos; pero, la libertad de expresión y los reclamos por la vigencia de la justicia, son parte inalienable e irrenunciable del pueblo que no podría aceptar fácilmente su conculcación por métodos y sistemas ajenos a la moral, a la Constitución y a las leyes.
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