La vicuña, el solitario animal que de acuerdo al mito de Wari, habita junto al semidios del mismo nombre, es un tesoro que vive en la extensa planicie altiplánica de Oruro, y que un tiempo estuvo en peligro de extinción. Actualmente no es raro encontrar algunos de estos animales en el camino de la ciudad hasta Caracollo, gracias a los cuidados y la preservación de la especie que ejecutan las comunidades aledañas.

La vicuña tiene sus bondades económicas, en especial por su fibra, muy demandada en el mercado internacional en especial en los mercados europeos como Italia, Alemania e Inglaterra, por su uso en la confección de prendas de vestir.

De acuerdo al Viceministerio de Medio Ambiente, “el aprovechamiento de esta preciada especie está legalmente sustentada para la captura y esquila por tiempo indefinido”.

La entidad gubernamental, sostiene que la población de vicuñas hasta el año 2008, se duplicó “con 67.278 ejemplares, en relación al censo anterior en 1996 que reportó 33.895 individuos”.

Al todavía considerarse la vicuña como un animal salvaje y que aún no fue domesticado, en 1965 fue considerada una especie amenazada de extinción. Por ello resulta paradójico que producto de la esquila de su preciada lana, la medida sirvió como forma de concientización y preservación del animal solitario, aunque por cuestiones económicas.

Fuente: LA PATRIA

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