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Domingo 19 de agosto de 2018

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Revista Dominical

Un mandamiento con promesa

19 ago 2018

Por: Ximena Miralles Iporre - Directora de LA PATRIA

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"Un hijo mató a puñaladas y golpes a su padre de la tercera edad", el hijo, un hombre de 28 años arremetió contra su padre de 73 años, el anciano tenía heridas cortantes en el pecho y golpes en el rostro y la cabeza, esto ocurrió de manera reciente en la ciudad de Oruro.

Mientras en las redes sociales va rodando un video de un hombre que golpea a su anciana madre y aunque ella intenta defenderse no lo consigue porque no tiene la fuerza suficiente para hacerlo.

Ante semejantes noticias e imágenes uno no puede más que sentir horror. ¿Cómo es posible que alguien llegue a ese extremo de violencia contra el ser que le dio la vida, contra un ser al que se supone que aman?

El cuarto mandamiento de la Ley de Dios señala "Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que el Señor tu Dios te da". (�x 20,12), por eso se dice que es un mandamiento con promesa, porque Dios promete dar larga vida a quienes respeten y amen a sus progenitores; además que es el primero que se refiere a la vida en la Tierra, pues los tres primeros están dedicados a honrar a Dios, es decir, los padres están después de Dios y antes que cualquier otro ser vivo.

A los padres les debemos la vida, les debemos lo que somos y a veces no somos agradecidos con todo el amor que nos dan, por eso es que cuando llegan a ancianos perdemos la paciencia con ellos, nos estorban, nos molestan sus consejos y sus achaques, no queremos cuidarlos, nos parecen una pesada carga. Pero debemos pensar en que ellos hicieron por nosotros lo mismo y sin quejarse.

Es cierto que existen padres a quienes se les va la mano al corregir, por eso, la sabia Biblia aconseja no ser demasiado severos o duros con los hijos, es mejor corregir que castigar señala, pues si enseñamos con violencia obtendremos como resultado hijos violentos. Pero tampoco se debe ser demasiado blandos o flojos para dejar pasar las actitudes negativas o dañinas de nuestros hijos, además que hay que corregirlos desde pequeños porque cuando son grandes llegan a portarse de la manera que vimos al principio de este artículo.

También podemos leer en las noticias sobre padres que abusan y maltratan a sus hijos, pero no piensan que los descendientes son el reflejo de nosotros mismos y de las cosas que les enseñamos.

En un mundo en que abundan los consejeros, los expertos en el comportamiento humano, los coaches de vida, que recomiendan portarse de una u otra manera, las personas que han perdido el rumbo en su vida y están intentando encaminarse de nuevo, llegan a confundirse y no saber qué hacer en realidad; es en esos momentos en que los humanos llegamos a cometer grandes errores. Sin embargo, ¿quién puede transmitir más sabiduría que un sabio? Es por eso que sugerimos recurrir a la misma Biblia para saber qué hacer, pues existen dos libros que orientan de la mejor manera a padres e hijos, se trata de los Proverbios y el libro de la Sabiduría.

Muchos expertos en el comportamiento humano, en inteligencia emocional y demás saberes relacionados a las personas, aconsejan centrarse primero en uno mismo, dicen que se debe hacer eso, aunque parezca egoísta, y estamos frente a una realidad en que la gente es muy individualista y no le importan los sentimientos de los demás.

Sin embargo, somos seres sociales, vivimos en comunidad, por lo tanto, no podemos ignorar a los otros ni sus sentimientos, por eso debemos ser cuidadosos con lo que decimos o hacemos. Si vamos a corregir a los hijos hagámoslo con firmeza, pero con amor, no con violencia y el resultado será el mejor.

Recordemos que todos pasamos por diferentes etapas en nuestra vida, en unas somos hijos y en otras somos los padres, la clave está en tratar a los demás como queremos que nos traten a nosotros, siempre teniendo presente como base de toda relación humana el respeto y el amor, sí hacia nosotros mismos, pero también hacia nuestro prójimo. Y así como fuimos pequeños, la mayoría o casi todos llegaremos un día a ser ancianos y no quisiéramos que nuestros retoños nos maltraten o nos abandonen, así que demos lo que deseamos recibir.

Pronto se cumplirá en Bolivia el "Día del Adulto Mayor", tengamos consideración con nuestros mayores y honrémoslos, seamos pacientes y escuchemos lo que tengan que decirnos, aprovechemos su sabiduría y seamos respetuosos con lo que ellos ignoran, pues como se dijo antes, todos o casi todos transitaremos por esa etapa.

Se dice que cada quien da lo que tiene en su interior y todo lo que llegue a dar lo recibirá de retorno y multiplicado, por lo tanto, hacer bien a otros es hacernos bien a nosotros mismos. Enseñemos con el ejemplo a nuestros hijos a honrar, amar y respetar a sus abuelos porque un día nosotros seremos tales.

Todo ese respeto y amor que aprendan los pequeños también lo enseñarán a sus hijos cuando sean adultos y así la espiral positiva irá girando hacia un mundo mejor.

Para tus amigos: