Jueves 16 de agosto de 2018
ver hoy
Se dice que el liderazgo es el conjunto de habilidades que un individuo tiene para influir en la forma de ser o actuar de las personas, haciendo que estas participen activamente en el logro de determinadas metas y objetivos. Esto, al parecer, es inobjetable, si se concibe al conductor -o lÃder- como representante de las aspiraciones de un pueblo o de una comunidad. Pero, revisando la historia, se encuentra que hay ejemplos que muestran que algunos de estos lÃderes, en su fracaso arrastraron a sus pueblos a la derrota y al sacrificio.
"Nadie ha logrado explicar jamás cómo una persona tan insignificante como Hitler pudo ejercer una influencia tan monstruosa sobre los alemanesÂ?". Mussolini fue "un antiguo maestro (que) empezó como reportero y propagandista del partido socialista", haciendo que "el fascismo creciera como parásito del socialismo". Stalin, pese a que León Trotski fue "la cabeza más brillante del partido" comunista, fue el que, a la muerte de Lenin, forjó "una de las tiranÃas más sangrientas y terrorÃficas que el mundo ha conocidoÂ?" (Dietrich Schwanitz. La Cultura. Editorial Taurus. 2003).
En nuestra región hubo muchos pretendidos lÃderes sanguinarios, ignorantes y corruptos. Algunos pagaron con su vida el mal que hicieron; como fue el caso de Trujillo y Somoza. Pero también es cierto que el hombre -y los pueblos- suele tropezar con la misma piedra. Y se repiten los caudillos que, pretendiendo ejercer un liderazgo con futuro honroso, llevan a sus pueblos a la desesperación. Nadie puede ignorar, por ejemplo, las tragedias que sufren Venezuela y Nicaragua, con lÃderes empeñados en perpetuarse en el poder, con el sello de un populismo intolerante conducido con prepotencia e ignorancia.