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Camilo Pinto, un arquero que espera su oportunidad - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
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Lunes 13 de agosto de 2018

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El Escaparate

Camilo Pinto, un arquero que espera su oportunidad

13 ago 2018

Por: Dehymar Antezana - Periodista LA PATRIA

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Oruro tiene muy buenos deportistas que esperan una oportunidad que les dé el destino para llegar a lo más alto de sus aspiraciones. Muchas veces la falta de apoyo de los dirigentes deportivos como de las autoridades, truncan esos deseos de miles de ellos. Sin embargo, pese a esas barreras, aún hay deportistas que luchan con el objetivo de cumplir sus sueños.

Uno de ellos, es Camilo Pinto, un arquero de nacimiento y que desde su corta edad supo lo que es estar bajo los tres palos.

Brian Camilo Pinto Cortez nació en la Alta Tierra de los Urus el 6 de enero de 1998. Salió bachiller del colegio Santa María Magdalena Postel. Actualmente sigue la carrera de Ingeniería Electrónica en la Facultad Nacional de Ingeniería (FNI) de la Universidad Técnica de Oruro (UTO), en el quinto semestre.

INICIO

Su inicio fue por demás abrupto, ya que se le dio la oportunidad de debutar en un campeonato cuando solo tenía cinco años. Previo a esa edad, él ya practicaba al futsal, motivado por su primo Christian Pinto, quien inculcaba en Camilo esos deseos de ser guardameta.

"En kínder era arquero, después fui jugador hasta finales de octavo de primaria. Luego retomé ser arquero, motivado por mi primo Christian. Teníamos un equipo familiar y como le veía jugar, quería ser igual a él. Me fue entrenando y así traté de llegar más lejos. Este puesto requiere de un entrenamiento diferente, donde tienes que dar todo de ti", afirmó.

EL DEBUT

El debut de Camilo fue inesperado. Integraba el Club Andino Junior, donde juega actualmente. Sin embargo, en esa ocasión tenía cinco años y según recuerda, su equipo, que jugaba en la categoría Infantil, ganaba cómodamente. Y como el resultado era amplio, el técnico del plantel decidió meterlo a la cancha en su primer partido oficial.

"Entré a jugar en el segundo tiempo. El primer balón agarré con el pecho y me quedé sin aire, me boté al piso. Luego de reaccionar, salí aplaudido. Esa ha sido una gran experiencia que he tenido. Cuando entré a la cancha estaba nervioso, porque como eran niños tan grandes, fue algo nuevo, pero a la vez fue lindo", manifestó.

Camilo rememoró que desde que empezó a jugar siempre entrenó con deportistas mayores a él. Solo así logró perder el miedo al balón y a afianzarse en el pórtico. Pero para ser guardameta tenía que pasar algo interesante en su vida. Como él era jugador, en una de esas ocasiones, en una de las canchas se encontró unos guantes de arquero, es así que desde ese momento decidió retornar a ese puesto.

Desde entonces, comprendió que debía ganarse el puesto en el equipo, ya que para él no solo es entrar a la cancha y que el técnico le dé ese lugar, debe existir sacrificio para hacerlo.

Camilo comprendió que no sería nada fácil, por ese motivo, es que constantemente iba a entrenar a la arena, al mismo tiempo hacía físico todas las noches trotando por las calles de la ciudad. También practicaba en un salón con raquetas, con ligas, con las mismas pelotas de tenis para la reacción en el arco.

En el transcurso del tiempo, Camilo fue tentado por otros clubes que vieron su buen desempeño en el arco, sin embargo, de forma muy personal decidió continuar en el equipo que le abrió las puertas desde niño, Andino Juniors, club de futsal que su abuelo Crescencio lo fundó.

Actualmente, el orureño juega en la categoría Primera de Ascenso. También participó con otro equipo en la Liga Obrera, logrando un decoroso tercer lugar y su ascenso de categoría.

Cuando ingresó a la FNI, Camilo pasó a ser arquero de fútbol en el equipo de su carrera, Electrónica.

"La primera vez que jugué fútbol me sentía raro, porque el arco es más grande. Tienes que ir más rápido en la cancha de fútbol y más es por aire, fue más difícil. El segundo campeonato ya no fue tan complicado y en el tercero fue cuando salimos campeones", dijo.

SENSACI?N

Camilo es como un gato en el arco, tiene reflejos extraordinarios para llegar a la mayor cantidad de balones. Estar bajo los tres palos, para él es una felicidad absoluta, se quita el estrés y se siente en libertad plena. Asimismo, es amigo de los postes, ya que cuando le toca entrar en la cancha, siempre besa los dos postes, que en algún momento le pueden salvar de un gol.

Precisamente, es que con orgullo recuerda un episodio suscitado en un partido de fútbol jugado en la FNI. El rival contrario pateó el esférico con un extraño efecto. Camilo se botó primero al lado donde supuestamente iba la pelota, pero como la trayectoria cambió, decidió reaccionar raudamente para tapar el balón. Poniendo a prueba sus reflejos en medio de admiración no solo de sus compañeros, sino también de los contrincantes.

Esa valentía en el campo de juego, también le cobró factura, como lo que le ocurrió hace dos años, cuando se dislocó el hombro.

Su deseo inmediato es llegar a la Selección de Oruro en el futsal, mientras con el fútbol no ve muchas esperanzas, debido al entrenamiento que se requiere.

"Ser arquero es muy bonito. Es mejor la sensación de ahogar el grito de gol, que gritar el gol, porque se pone más emocionante el partido. El arquero es la mitad del equipo en todos los partidos. Si el arquero falla, falla el equipo, es por eso que el arquero no debe cometer errores en un encuentro", aseguró.

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