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Viernes 10 de agosto de 2018

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Perspectiva Minera

ENFOQUE

En la Comibol hay cambio de ejecutivos pero no de estructura administrativa

10 ago 2018

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Son varios años en que la Comibol sirve para alojar por determinados periodos a personas, entre éstas algunos profesionales de la materia (minería), otras no para ocupar el importante cargo de "Presidente" de la empresa minera estatal, lo que significa un reconocimiento en alto grado para quienes asumen el cargo, incluyendo exdirigentes mineros.

El hecho es que cada quien, a su turno, compromete esfuerzos y hasta sacrificios para "sacar adelante a la empresa y reorganizar la minería estatal". En los hechos no sucedió, ni lo uno, ni lo otro, pues la Corporación Minera de Bolivia (Comibol), otrora quizá la más fuerte para generar recursos con destino al Estado, trabajaba bajo la disciplina de "mando superior", rescatando la mayor cantidad de utilidades para cumplir, como se reveló en otros tiempos, un cupo de ingreso para cubrir los fuertes gastos de gobiernos autoritarios.

La otra parte es que, si bien el peso o la fuerza de la Comibol radicaba en la posibilidad de captar y "cargar" las arcas del Estado, su otra misión era expresamente la de controlar los contratos de operaciones y evitar que las utilidades tuviesen destinos diferentes a los ya establecidos en la hermenéutica del aparato estatal, según la referencia de connotados investigadores.

Con el paso del tiempo, cambios en las políticas de Estado, variaciones radicales en los precios internacionales con abruptas caídas, cierre de las minas, despido de miles de trabajadores y otra serie de vicisitudes, la estatal minera quedó como una simple registradora y administradora de contratos además de una supuesta vigilancia de las operaciones de las empresas registradas bajo su tutela.

Los resultados son calamitosos, menos mal que no se llegó al desastre mayor de pretender "refundarla", cuando lo que necesita es una reestructuración total "operativa y administrativa", para convertirse en una efectiva empresa productiva. El último presidente deja la Comibol como estaba, sin cambios, sin encaminar su reestructuración y con toda su burocracia cantante, menos mal sin haber llegado a "refundirse", porque ese hubiera sido el golpe final a la Comibol.

El asunto es que ahora con un nuevo ejecutivo, pueden esperarse sorpresas, se trata de un profesional de la materia y con cierta experiencia que seguramente será puesta a prueba en la intención responsable de mostrar que pueden aplicarse cambios si las condiciones son propicias, especial referencia al apoyo que debe disponer el Ministerio de Minería para desarrollar la reestructuración de la estatal minera, empezando por dotarla de un "equipo profesional" de alto nivel que abra un cuaderno de tareas con la primera asignatura que corresponda a la elaboración de la "política minera nacional", encuadrando el documento a la Ley 535, que además debe ser complementada con su pertinente reglamento.

Imprescindible deber del nuevo ejecutivo, a tiempo forzado, sin recreo y a doble jornada.

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