Jueves 09 de agosto de 2018

ver hoy











































Los robos al amparo del poder, especialmente en tiempos de dictaduras, fueron corrientes en América Latina. Y hoy esta lacra persiste con un nuevo el avance de la inmoralidad y del abuso de poder que lastima a las sociedades -éstas, muchas veces, complacientes.
Hasta hace poco la corrupción se calculaba en grandes cifras, pero no inconcebibles. Y se la toleraba o, por lo menos, no era una preocupación nacional. Esto ha cambiado: los casos de la ahora llamada mega corrupción -como la "Lava Jato" en Brasil-, llega a cifras antes inimaginables: muchos miles de millones de dólares. Y hubo más: se descubrieron los sobornos multimillonarios de la empresa Odebrecht a altos gobernantes y funcionarios de varios gobiernos de paÃses de nuestra región para obtener contratos de obras, todas con sobreprecio. Y como nunca, en ciertos paÃses, se fueron destapando los casos de corrupción de ex mandatarios, algunos ahora enjuiciados y varios cumpliendo condenas.
En la Argentina, habÃa la convicción de que los sacos con millones de dólares que un exfuncionario kirchnerista procuraba esconder en un convento y dudosos emprendimientos de empresarios amparados en el oficialismo, no eran los únicos casos de corrupción. Se sospechaba, con razón, que ésta habÃa llegado a los más altos niveles. Ahora, esto ha sido descubierto plenamente. Hace pocos dÃas, por las anotaciones de un chófer, se supo cómo se repartÃan los sobornos de contratistas de obras, entre los presidentes Kirchner, sus ministros y altos funcionarios.